Anoche apareció después de meses Ignacio Lastra para presentar una entrevista en “Vértigo” después de su accidente en la que se quemó parte de su cuerpo en compañía de su pareja a la altura de Manuel Montt en Providencia. Y déjenme que les cuente que fue una actitud innecesaria por parte del equipo del estelar de Canal 13.
Para empezar, le están dando de comer a la gente que dice que “Vértigo es un estelar de farándula”, cuando en ese mismo espacio han habido conversatorios realmente interesantes sobre inmigración, igualdad y equidad de género e identidad sexual, con la seriedad y el profesionalismo que usted no va a encontrar en programas como “Intrusos” y “Primer Plano”. Claro, hay momentos que desentonan como este y las rutinas, ya cansinas y repetitivas de Yerko Puchento, pero me gusta ver el vaso medio lleno y destacar tanto lo bueno como lo malo.
Lo que a mi, en lo personal, no me cabe en la cabeza es que Lastra, asi como los pocos habitantes de Farandulandia que quedan vivos, se sientan con un poder inmerecido que los hace creer que pueden ser dueños de la televisión chilena y manejar la industria a su antojo. Lo digo porque el ex participante de “Doble Tentación” pidió 8 millones de pesos y una serie de condiciones. Y asi queridos amigos tenemos otro caso de “Sueldos de Madonna”, una especie de “fondos buitre” de la pequeña pantalla, con dineros que deberían ir a otra clase de personas y a otro tipo de contenidos, y cuyo abuso de estos ha desembocado en la crisis monetaria que se vive actualmente en las televisoras.
Detrás de “Vértigo” hay un grupo de profesionales a quienes se les sigue apreciando, pero que en esta ocasión desentonaron. Igual se agradece que se mantenga algo de profesionalismo a la hora de hacer la entrevista como declaró el mismo Felipe Morales, pero sinceramente creo que hay que cerrar etapas y dejar esta era en el pasado. Un triste pasado que ojalá se recuerde solo como lo que no debería volver.
En fin, lo otro que a mi me carga es que a Ignacio Lastra la televisión chilena se lo presente como héroe por haberse salvado del accidente, cuando en la práctica él casi se mata manejando bajo los efectos del alcohol. “A cualquiera le puede pasar” dirán algunos, pero esa es precisamente la idea: Que no pase. De paso comprometió la salud de su pareja y si no fuera por el bombero que lo salvó, el verdadero héroe de esta historia, el musculin no la cuenta dos veces.
¿Y si hubiese sido un/a artista cualquiera? ¿Una actriz? A Javiera Diaz de Valdes la hicieron bolsa por el accidente al que fue formalizada, sin embargo, a Lastra lo presentan casi con orgullo. “El accidente que remeció a Chile”, ¿no será mucho? ¿No notan que acá hay bastante de “distinta vara”? Juzgue usted. Y más aún cuando lo mejor de la noche fue ver a la talentosa Anita Tijoux en “No culpes a la noche” de TVN, que merece más prensa que Lastra.