Por Telemaniático Segundo
NOTA DE VUESTRO LOQUILLO: Como ya dije hace unos días, tuve que apagar la luz por LTSC, pero en razón a una transición que se estaba aplicando y era necesario si queremos hacer contrapoder en la tele. El tío de acá me conoce y sabe que no uso garabatos y no se necesita ser “La Cuarta (versión Bomba 4)” para hablar y actuar en lenguaje popular, directo e incluso irreverente en buen sentido para alabar un éxito y criticar los fails y megafails que pasa en la tele.
Por algo, cuando escuché su llamado ante esta nueva era, al plantear mi continuidad y sin vacilar me incluyó, porque sabe que mi estilo combina el pensamiento crítico con un toque de propuesta que influya incluso en un favorable ganar-ganar (que el canal y su gente haga bien las cosas con sentido y razón, y que los televidentes puedan sentir en el plasma abierto una agradable, sana y formadora compañía) e incluso, manejo temas que aún en la industria le son desconocidos como la silenciosa y fantástica oleada de la TV Comunitaria. Por acá soy y seré vuestro Larry Moe (por mi identidad, LOL), solo que no me gustan los garabatos, hablo de la tele como “dueño” y televidente, y no pretendo ser Rafael Gumucio en LUN.
Sin más rodeos, bienvenid@ a esta era en TV en Serio.
*** Y AHORA, MI OPINIÓN. COMENCEMOS ***
Sábado en la mañana. Entre Los Wang, Malcolm y Los Simpson daban en sus tandas dos spots distintos sobre el “para qué estamos” y el por qué las nuevas tecnologías le ayudaron a simplificar su cara e imagen. Viernes en la madrugada. Luego de que Yerko vestido de Manolito fuese sorprendido por un beso de Gonzalo Cáceres, y antes de que el respetado estilista chilensis llegase a ser el ganador de Vértigo, el cuarto piso hablaba al estudio: “Muchas gracias por todo, mucha fuerza. No sabemos qué va a pasar. Mucha fuerza. Estoy convencido de que la televisión la hacen los trabajadores, todos nosotros”.
Esta arenga recogida el viernes por El Dínamo, forma parte de un impactante constraste. El 25 de mayo se volvió en una fecha marcada de por vida a cerca de 280 trabajadores del Canal 13, todos ellos despedidos y, llevando incluso, años de experiencias, hitos y anécdotas pisados en la ex casa del angelito. ¿La razón? Andrónico Luksic decidió junto a Javier Urrutia y otros altos mandos más, reformular y reestructurar para paliar las incesantes y millonarias pérdidas arrojadas en los últimos años en la estación, siendo la aparición del Grupo Secuoya (de capital español) una especie de “O Salvador da Patria”, capaz de asesorar a su pinta sobre qué hacer en la tele.
Hay algo que el 13 caracteriza y distingue de las demás señales nacionales. Si viéramos entre los discursos de los rostros y la postura de los trabajadores como de su sindicato, se caracterizan por ser una familia televisiva que busca en la práctica ser funcionales cual engranaje de reloj. Y es que hasta el último momento, cuando ahí se empezó la vía crucis, ese calor humano se mantuvo presente incluyendo pasadas las horas en donde se concretaron los últimos finiquitos tal como se evidenciaron una Cony Santa María y un Ramón Ulloa quebrados por dentro y agradecidos ante las cámaras del T13 por aquellos trabajadores que fueron despedidos.
Algunos no lo dimensionarán y otros, le darán vuelta a la hoja a este drama, que a la verdad, no acabará ahí. No concluirá, dado que Secuoya, aquella productora famosa en España por dar espacio por muchas horas al tarot (TEN) o por externalizar equipos y tecnología a grandes canales como Antena 3, pretende cual lo hicieron Endesa (hoy ENEL), El Corte Inglés (hoy Viajes Falabella) o Telefónica (hoy Movistar) a probar suerte en busca de nuevos mercados por donde invertir. Pero esta probada no le saldrá tan baratita baratita: su aviso que ofrecía plazas de empleo mas la movida de los despidos, está influyendo a que la crisis en la industria se agudice por el lado laboral, y por ende, se vuelva el hacer del 13 algo más caro que el precio del kilo de palta Hass.
Y ya que hablamos de la palta y la polémica encendida a partir de un reportaje emitida por la Deutsche Welle tiempo atrás, esta Secuoya viene a disfrazarse quizás de palto para hacerse más deliciosa su propuesta pero de aquí para el mundo, un poco de lo mejor del mundo para acá y quizá nada de acá para acá (quien escuchó o leyó lo que dijo Don Arturo Guerrero –La Vega-, me captará). Y como el palto requiere de mucha agua para dar el apetecido fruto a costa de dejar prácticamente seca una población como Petorca, espero que esta Secuoya que se instalaron (por más robusto y añoso que parezca) no ande secando la magia artística televisiva con Viña 2019. Todo en medio de una época bien importante en cuanto a cambios y toma de decisiones, sin dejar de lado la importante premisa del “aquí nadie sobra”, no por aludir a los rostros, sino por que los trabajadores hacen la tele y algo no anda bien en algunos ejecutivos.