Una gran batahola han causado las frases con las que la semana pasada Macarena Tondreau en el “Muy Buenos Días” justificó la tortura por parte de unos presos a la pareja de ecuatorianos que asesinó a una mujer. Esas frases acabaron con la opinóloga fuera del canal estatal, pero con algo más grave todavía: Los twitteros y los llamados “aquafresh” (adherentes de Acción Republicana, plataforma política de José Antonio Kast) diciendo que fue un grave ataque a la libertad de expresión.
Vamos a poner las cosas en órden: Para nadie es un secreto que uno de los fetiches del derechismo chileno es ver a sus opositores muertos, torturados y sin ningún derecho a opinar. Ojo, no estoy defendiendo a los delincuentes, es más, pienso sinceramente que hay que combatir la delincuencia en todas sus formas. Tanto para el que roba y atraca en la vía pública como para los que deducen impuestos o reciben coimazos para hacer leyes a usanza y semejanza de las grandes empresas.
Por lo mismo, la salida de Tondreau de “Muy Buenos Días” es un acto de sensatez por parte de TVN. No se puede justificar la tortura, los culpables tienen que cumplir su pena siempre en el marco del estado de derecho y resguardando los derechos humanos. Que lo digo, son para todos.
Y voy a ser más profundo todavía: No se puede justificar la tortura y menos en un país tristemente conocido por padecer durante 17 años una dictadura que asesinó, torturó, mató, ejecutó, exilió y desapareció a miles de personas por pensar diferente, con políticas neoliberales que dejaron al país en un mínimo de 40% de pobreza y que padeció una crisis económica hace ya 35 años. En el extranjero se recuerda a Augusto Pinochet como lo que debería ser recordado siempre: Un dictador, asesino y traidor a la patria.
Me fui en una volá ideológica que si tiene que ver con lo que hablamos, pero volvamos a lo que importa: La salida de Tondreau no es para dejarla como una víctima o una martir de la TV chilena, expulsada por decir lo que pensaba “sin medias tintas”. Y acá entramos a un problema grave gravísimo: La gente cree que “libertad de expresión” y “decir lo que uno piensa” lleva consigo ser desagradable, y es una cosa que incluye insultar, maltratar, hostigar y desacreditar cualquier movimiento, por mucho que moralmente nos sirva. La conducta de muchos que hemos visto últimamente que han sido vendidos como “modelos a seguir” pero que se alejan bastante de los valores que lo hacen recibir tal distinción.
Y aquí vamos a otro asunto relevante: La gente que trabaja en televisión cree que por el solo hecho de pertenecer a la llamada “casta de los rostros” tiene derecho a que todos tengamos que celebrarles cualquier cosa que digan o hagan, por mucho que sea la peor idiotez que se le ocurra. Por eso tuvimos durante tantos años personas que se dedicaron a hacer cualquier cosa, con todo lo amplio del concepto, y nosotros como vemos TV abierta y los ejecutivos nos ven como números tenemos derecho solo a ver esa gente. Pero no, estamos buscando la madurez, y en cualquier caso, hay conductas que nos deben parecer reprobables y reprochables.
Cuento aparte son quienes reivindican a Tondreau y llaman a no ver TVN porque “se atacó la libertad de expresión”. Pongamos nuevamente las cosas en orden: La libertad de expresión no debería dar derecho a nadie de hacer o decir cualquier cosa en nombre de ella. Eso da pie a un libertinaje que nos puede hacer muy mal en nuestra sociedad. Y esto tiene mucho que ver con lo que ella fue parte, ya que la farándula es bien vista entre los adherentes de la derecha no solo en Chile, sino que en gran parte de Latinoamérica. Muchos de los mismos “twitteros aquafresh” son televidentes de “Primer Plano” y tienen en un altar a Francisca García Huidobro, les gusta ver a dos mujeres usadas como si fueran las bufonas de la corte donde los menos indicados para juzgar son quienes juzgan a famosos y los no tan famosos, asi como también les gusta la violencia y la humillación, el llamado “bullying televisivo” del que hizo gala Rayén Araya.
Maca Tondreau debería tener en claro que toda acción y palabra tiene sus consecuencias. Si alguien en la TV alemana reivindica el nazismo o si en Sudáfrica a un rostro se le ocurriera avalar el “apartheid”, lo mínimo y lo que corresponde como “sanción de oficio” es que pierda el cargo. Eso nos habla de países avanzados y civilizados, y en este caso, TVN simplemente hizo lo que tenía que hacer. A diferencia de otro canal que mantiene a una adherente pública del pinochetismo que incluso fue al lanzamiento del libro de un ex agente de la CNI, asi como también de una chica reality que usó el racismo para insultar y entretener a la plebe.
Y por cierto, nuestro país debería pensar en recuperar la existencia de la educación cívica, para que las nuevas generaciones entiendan lo que es vivir en una democracia plena y en estado de derechos. Una dictadura, sea del color o del tinte que sea, siempre es reprobable.