Un día como hoy 18 de junio, durante “Teletrece”, se daba a conocer una noticia triste para Canal 13: Eleodoro Rodriguez Matte, su director ejecutivo entre 1969 y 1971 y entre 1974 hasta ese momento, fallecía. De inmediato, la programación de aquel entonces pasó a una emisión de luto y varios programas no fueron al aire.
Para nadie es un secreto de que yo, televisivamente hablando, me formé con Canal 13. Junto con mi vieja veiamos, en cuanto a dramaturgia, hasta los peores flops del entonces canal católico como “Eclipse de luna”, “Marrón Glacé, el regreso” y “Amándote”, y eso que estoy contando solo las que tengo memoria. Recuerdo la íntro del último “Martes 13” con el logo en la cima del canal, vi todo el “Viva el Lunes”, los viernes nos entreteníamos con “Video Loco” y “Maravillozoo”, recuerdo haber visto un par de capítulos de “Los Simpsons” en su horario de adultos, asi como también un par de dibujos del “Festival Infantil” como Tom & Jerry Kids y Teddy Rupxin. Por supuesto, también veiamos el “Venga Conmigo” con los reencuentros, la Vicky y la Gaby, la Generación 97 (Coty, Carola Oliva y Chabe siempre en la memoria) y grandes artistas invitados.
En los 80s, luego de la crisis económica y el fin de la “plata dulce”, el canal se mimetizó y quiso seguir haciendo tele a su estilo, pero acorde a los tiempos que se vivian. No se invirtió en grandes nombres como entre 1978 y 1982. Lo único que podría criticarle a los estelares de Bertrán y Santis era que no eran muy elitistas y el público era demasiado acartonado y sin emoción, hoy si hubiesen seguido trayendo artistas estaría el fansclub respectivo ocupando toda la “teleplatea”.
Quizá los mejores años por lejos del llamado “tiempo eleodoriano” fueron entre 1987 y 1992, con todo lo que eso conllevó: Visita de Juan Pablo II, la cobertura del Plebiscito y el regreso de los programas políticos (mediante una gran gestión de Juan Pablo Fresno para que todos tuviesen su cabida en la estación), el triunfo del NO, la contratación de aquellos actores y guionistas que se fueron peleados del TVN de aquel entonces por sus preferencias políticas, la elección de 1989 y la transición y retorno a la democracia.
Y en un segundo tiempo sería entre 1995 y 1998, pese a que la parrilla ya demostraba avejentamiento, todavía se seguían triunfando con los estelares, los familiares de Pavéz y Eduardo Dominguez y un “Más Música” que le daba como bongó en salsa a las Spice Girls.
Hacer televisión no es fácil, y menos en las condiciones que le tocó enfrentar: En dictadura, recibió en 1974 un canal que fue usado por el cura Hasbún como plataforma de la oposición más dura a la U.P. y con planes de convertirlo en una propaganda de la dictadura, sin embargo, y pese a que el tirano aquel lo designó, Canal 13 fue el único medio que pasó una propaganda de la Revista Hoy en 1984 y pasaba avisos llamando a inscribirse en el Plebiscito. Mientras TVN mostraba a la “gente bonita”, en “Sábados Gigantes” se daba cabida en los concursos a gente como uno, que había quedado desempleada con la crisis y que veia junto a Don Francisco como sus sueños se hacían realidad.
Canal 13 era tan querido y respetado: En 1988 le ganó a un intento de TVN por posicionar su verdad en el año del Plebiscito y en el 92 a un intento de Televisa por influenciar en el mercado chileno comprando el primer canal privado del país mientras el canal público redefinía su misión en democracia.
Varias veces dijo que “en UCTV nadie se va a encontrar con contenidos que no quiere ver” y sus buenas condiciones de trabajo hicieron del 13 uno de los mejores lugares para trabajar.
La historia contará que a partir de hace 20 años el 13 jamás volvió a ser el mismo. Ni toda la TV chilena tampoco. Llegaron programas juveniles más faranduleros que edificantes, nos invadieron a nefastos y nefastas sin talento ni aptitudes que ganaban plata por pelear en cámara, llegó el “bullying televisivo”, las novelas no volvieron a tener la excelente producción que alguna vez tuvimos y llegó el “cartón” y las escenas amateur con evidentes fallos de continuidad, los realities lejos de mostrar talento se convirtieron en el trampolín a la fama de nuevos farandulitos sin valores.
Don Eleodoro podrá haber cometido varios errores durante su gestión, como todo ejecutivo de la época, pero ellos eran mínimos a comparación con los horrores de varios de este tiempo, sobre todo de sucesores como Jaime Bellolio, Mercedes Ducci, Cristian Bofill y Javier Urrutia Urzúa.
Algún día podremos volver a encontrarnos con una televisión de calidad, con contenido, que ojalá no censure cosas como la homosexualidad, el lesbianismo y el machismo, pero que si respete la inteligencia de cada uno de los ciudadanos. Por ahora, vivamos permanentemente en el recuerdo de nuestro “canal de siempre”, ese que nos acercó a varios artistas y que le dio a la TV chilena una calidad que jamás volvió a tener.