¿Usted compartió el video de los dos farandulitos apareándose? ¿Es uno de ellos? ¿Habla del tema en sus redes sociales tanto en su circulo familiar o de amistad? Pues te tengo noticias, y no son para nada alegres: Usted tiene un grave problema ético y cultural.
No, no voy a entrar en mayores detalles. No es mi rol y no lo será nunca en este sitio. Si lo es el criticar con energía, pero también con sentido del respeto y la misma ética que defiendo, el rol de algunos twitteros e incluso medios de difusores de la indecencia. Asi como también de los malos parámetros de entretenimiento que tienen algunos. Por favor, si eres uno de ellos, no prepare el rosario de insultos, sino que ponte a leer esto y reflexiona en buena onda.
En 1991, en el marco de los 32 años de Canal 13, Eleodoro Rodriguez Matte criticó la falta de protección a la programación cultural -que él tanto defendió e impulsó a través de sus pantallas con acciones concretas que hasta el día de hoy son recordadas- aduciendo un grave perjuicio hacia las personas que no tienen recursos para acceder a espectáculos de alto vuelo y de gran nivel.
Hace ya 20 años, Don Eleodoro partió a la tumba, pero durante el viernes recien pasado el tiempo le dio la razón.
El bajo nivel de la programación televisiva chilena y la falta de espectáculos de primer nivel impulsados por el medio ha hecho que muchas personas perdieran sus valores y su dignidad humana y valórica al difundir ese video en redes sociales. Para qué decir de algunos comentarios que pareciera que fueron sacados desde la escuela de guionistas de Kike 21. Desde luego, no faltaron algunos quienes, desde su soberbia y altanería, salieron con que “es mi Twitter y yo si quiero hablo de los farandulitos apareándose”, argumento que podemos usar hasta para validar el poner cualquier tontera que se te ocurra.
No amigo, a ti nadie te dice que no debes hacerlo por imposición. Pero si, alguien te tiene que decir que se ve muy feo. Y no se trata de ser “moralista” ni “tonto grave”, sino que de una formación mediática de las cuales hoy lastimosamente vemos sus resultados. Y son bastante negativos: Es un hecho los graves perjuicios de los que hablaba Eleodoro en su minuto, sobre todo en las personas de menores recursos y que se entretienen a menudo viendo “Intrusos” y “Primer Plano”.
Lo del viernes quedó demostrado, con todo cariño y respeto, que quienes ven ambos programas tienen un nivel de entretenimiento demasiado bajo. Creanme que ver a tanto twittero, incluso de esos medios de información clase B, colgando el video me hizo poner una cara de asco tremenda, lo cual confirma la falta de ética periodística de esos pasquines. Para qué decir de ciertos medios faranduleros que ofrecieron el dichoso material incluso mediante embeds. Poco faltó que pusieran paywall a lo Diario Financiero para hacer más ordinario un negocio que de por si es cuma.
Es que si no es para nada agradable entretenerse viendo a dos farandulitos peleandose por la tontera que a usted se le ocurra, es derechamente asqueroso entretenerse viendo a esos mismos farandulitos apareandose y compartiendo el dichoso video.
Ya, pero nos guste o no, hay gente que le gusta y hay que respetarlos
Mal argumento amigo. Y lo peor es que con eso estás justificando la existencia de esos espacios en pantalla, que forman más potenciales Guaguitos -si, esos comentaristas que enzalzan los malos valores y le tiran hate a los buenos- que seres que puedan pensar y razonar en sus talentos y creencias legítimas.
La falta de acceso libre a la cultura y a los espectáculos de nivel internacional han logrado que el chileno promedio bajara su concepción de entretención, y es un grave dilema moral y valórico que no se puede justificar con un simple “nos guste o no”. Lo que se debe hacer en estos casos es salvaguardar la dignidad de las personas como en cualquier estado de derecho, asi como también la mentalidad de los telespectadores de la televisión abierta.
Si al final, lo único que sirvió el videito ese es para darnos cuenta todos que los que gustan de la farándula chilena son, en definitiva, gente que es indecente y sin códigos incluso por declaración de principios. Personas con un bajo nivel cultural y que tienen una concepción de entretenimiento tan baja como el rating del mismo “Intrusos”, que adoran el buitreo y la humillación de las personas.
Y en definitiva -again-, ellos son todo lo que nosotros no queremos ser. Ni la clase de televidentes que queremos para los tiempos de hoy.