A raiz de su nuevo libro “Un miercoles de enero”, el crítico de televisión español Roberto Enríquez, mejor conocido como Bob Pop, en entrevista a El Mundo, hizo hincapié al mensaje del “neoliberalismo salvaje” de la prensa del corazón, y en especial de su mayor estandarte “Sálvame” de Telecinco, y que acá tiene de representantes a “Intrusos” de La Red y “Primer Plano” de Chilevisión.
El libro se basa en un experimento raro: Comprar toda la prensa española y destriparla en un solo día, llamandola como “muy de la casta”. En entrevista al diario ibérico, habla del “Sálvame” y cómo da un terrible mensaje:
Usted trabaja ahora en televisión.
¿Cómo se observa la prensa en papel desde aquellas redacciones?Para la gente de mi generación, todavía suscita reverencia, y a la vez una cierta decepción. Los diarios en papel siguen siendo muy importantes, salir en ellos aporta un empaque que los digitales aún no te dan. Incluso leer en papel parece que te amplíe el campo de visión, se despliega ante ti de una manera que el smartphone nunca lo conseguirá.
En su libro analiza la prensa rosa. ¿Tiene buena salud?
A mí ya no me interesa como antes.Es una prensa reaccionaria, que no critica. Sus estándares morales son decimonónicos. El ¡Hola! se quedó en el antiguo régimen, y la competencia aspiracional, tipo Lecturas, es igual de nociva. Es la mano ilustrada sobre papel de lo que sucede en Mediaset.
Como el Sálvame pero en colorines.
Lo que ocurre con Sálvame es que hace tiempo que dejó de hacer corazón. Es un reality que proyecta una ideología neoliberal salvaje: gente que ha cumplido los 50 que se humilla y hace lo que sea por conservar un puesto de trabajo. Transmite el mensaje de que no hay otra forma de sobrevivir si estás en el mercado laboral.
El mismo mensaje neoliberal salvaje que se pregonaba entre el 2001 y 2015 en su mejor época, era el que se brinda en España pero de forma más chunga.