Un reportaje de The Clinic revelado hoy destapó algunos de los casos de acoso sexual por parte del panelista, sociólogo y tertuliano de “Tolerancia Cero”, Fernando Villegas.
En dicho reportaje, algunas mujeres que han trabajado con él hablan de sus experiencias desde el anonimato, y otras hablan con nombre y apellido, como la maquilladora Pilar Piri, quien confesó que apenas le tocó maquillarlo se sintió “hastiada hasta por su forma de hablar, y por su mirada tan libidinosa que llegaba a incomodar, sin siquiera decir una palabra”.
“Quería terminar muy rápido de maquillarlo. Me dijo que parecía geisha por mis ojos rasgados, y preguntó si acaso yo sabía a lo que se dedicaban las geishas. Al final terminé y al pararse me quedó mirando, y me dijo: ‘Mmm, tenís buen culo, ah’, y se fue. En la semana pensaba que venía el turno del domingo y era terrible, porque tenía que estar sola con Fernando Villegas. En los restantes programas siempre lo escuché referirse a mujeres por el poto o las tetas. Fue horrible. Era como un hombre obsesionado con eso” dice la maquilladora, que reportó la conducta ante los máximos ejecutivos de CHV de aquel entonces Jaime de Aguirre y Pablo Morales.
“Junto a otras maquilladoras, se les dijo personalmente que nos incomodaba que Fernando se refiriera a compañeras de la forma en que lo hacía, o que hablara de cosas sexuales mientras lo maquillábamos. Ellos le bajaron el perfil a la situación, lo interpretaron como que Villegas era un hombre fresco no más”, señala.
Montserrat Álvarez, hoy ancla de T13, también relata su experiencia: “No sólo con Villegas, muchos hombres con lo que uno se ha encontrado en la vida que hay que hacerle el quite. Y de alguna manera uno estaba acostumbrada a que habían ciertos personajes, en la pega, entre ellos, era Fernando Villegas. Yo lo conté una vez sin nombre, que uno decía no me vaya a encontrar con él en el ascensor porque siempre te provocaba una situación incómoda”.
Consultada si se trataba de exceso de cercanía o de simples abrazos, ella dijo “todo eso e intimidándote más de la cuenta. Y a mí lo que me pasó con todo esto que ha ocurrido los últimos meses, y yo cuando lo conté acá, lo vuelvo a decir, porque yo me sentía como una mujer empoderada, súper clara, y de repente dije ‘estoy súper acostumbrada a que eso es parte de lo que a uno le toca como mujer, que estamos fuera del abuso, estamos como que siempre te encontrai con un viejo verde en la pega, siempre te encontrai con alguien que te dice algo inadecuado”. Y además añadió: “Yo nunca me atreví a decirle ‘sabí qué, hazte a un lado’, como que tratai de correrlo un poco por la indirecta. Lo hablábamos entre las mujeres: me encontré con Villegas en el estacionamiento, entonces me di una vuelta para no subirme con él en el ascensor. Todo esto también en uno tono como de amigote, que a uno no le permite de repente decir ‘oye, sabes que, córtala'”.
Acerca de por qué no lo paró, ella dijo: “no me atreví. Sabí lo que te da miedo que te digan, ‘que erí cartucha, Monse, relajate’, y como yo soy una mujer que debo tener personalidad y todo no me atreví a exponerme a que me dijeran ‘ que le poní’”.
Carolina Pulido, columnista de Paula -hoy suplemento de La Tercera- también relata su experiencia: “Alguna vez fui a entrevistar a Villegas a su casa. Contestó la mitad de mis preguntas con su cara de sopor de siempre, y con una mezcla de desprecio y calentura, puso su mano sobre la mía y preguntó si era casada”.
Según relata La Tercera PM -del medio del que hasta hoy hacía sus columnas- intentaron contactarse con él para dar su versión, pero fue inubicable.
Simplemente que caigan todos los que tengan que caer, hasta que no quede ninguno. Mientras ellos estén lejos de los medios, será mejor para todos.