Ahora que tengo el llamado “poder adquisitivo”, me sumé a varias cosas. Una de ellas es Netflix, la misma plataforma de “TV everywhere” que arribó en 2012 y ha provocado millones de dolores de cabeza a los ejecutivos de las televisiones abiertas de varios países, y por sobre todo la nuestra, las cuales todavía no se han ido ni con siete cajas completas de Tapsin.
Netflix es una maravilla. Hace tiempo que quería ver producciones de primer nivel como “Orphan Black” y, ahora que puedo, me encontré con una serie de gran jerarquía, sumado a la versatilidad de la excepcional Tatiana Maslany, que puede hacer varios roles a la vez con un desplante innegable.
Otra serie imprescindible es la española “Vis a Vis”. La industria televisiva española no salió adelante con otras cosas que no sean el apoyo al cine y a las series locales, las cuales hoy son la principal fuente de ingresos de la televisión ibérica. Lejos de ver a Netflix como “los enemigos”, se aliaron con ellos y he podido ver, por ejemplo, las aventuras en la carcel de una mujer que cayó “preciosa” por un lio con Impuestos Internos, todo con unos detalles estéticos bien cuidados.
Hace rato que quiero ver más cosas dentro de Netflix, sobre todo “The Client List”, “Pretty Little Liars”, un par de documentales, programas propios como el de Chelsea Handler y series de animación. Lo que si lamento es que hayan volado valiosas series como, por ejemplo, “Buffy la cazavampiros” y “How I Met Your Mother”. Una lastima porque enriquecían más la oferta disponible.
Pero aún asi, Netflix es un abanico de contenidos tremendo. Tengo pendiente ver la serie de Luis Miguel para analizarla desde el punto de vista de alguien que quiere entrar al mundo seriéfilo y no como otra cosa -ustedes sabrán que las cosas relacionadas a Pablito Aguilera no son lo mio-, asi como “Sense8” y varias comedias y contenidos ligados a la acción.
Al final, seguí la misma lógica de varios que se fueron de la TV abierta. ¿Para qué seguir sufriendo con los contenidos de los matinales si a un click de distancia podemos ver cosas mil veces mejores, que aportan más y que si son un sano entretenimiento? Lo que de todas formas es lamentable es que la calidad que buscamos la encontramos en cosas hechas afuera en vez de con realizaciones nacidas acá, con nuestra gente, nuestros profesionales y nuestro talento.
Por eso, me resultan impresentables aquellos que dicen que decir que “Netflix es mejor que la TV abierta” no es más que un “arribismo intelectual” o un “resentimiento”. Yo no diría que es asi. Cada uno de nosotros está en nuestro legitimo derecho de elegir la forma en la cual nos desestresamos, nos olvidamos de los problemas o de lo chungo que es el mundo. Sin embargo, no podemos olvidar que las personas con buen gusto no nos entretenemos con “cualquier cosa”, con todo lo amplio de dicho concepto.
Por un lado, quienes dicen que somos “arribistas intelectuales” se asumen a si mismos como personas con mal gusto y sin sentido común, y lo dicen con orgullo y casi por declaración de principios. Va más allá de “Netflix es bueno y el Mega es malo”, sino que por intenciones de buscar en otras cosas aquellos elementos que en la TV abierta lamentablemente no se encontrarán en un buen tiempo si siguen en la mediocridad. Por otro lado, eso de usar “intelectuales” como un insulto me parece poco correcto, porque además, habla de la pedantería de los amantes de la televisión chatarra y desechable.
Es al final algo concreto: Netflix jamás haría programas donde enaltecen el bullying o se excitan con packs sexuales de gente que con suerte sus parientes conocen. Por cierto, estoy abierto a recomendaciones de lo que sea que se encuentre en Netflix. Cualquier cosa, hable en la caja de comentarios.