Anoche se emitió el segundo capítulo de “Chile frente al espejo”, una producción de La Ventana Cine para Canal 13 en la que se contó como fue el proceso del Plebiscito de 1988, del que ayer se cumplieron 30 años, y haciendo un paralelo con la sociedad de hoy.
Vamos por partes: Un programa de la productora de Carola Fuentes -que indirectamente con este espacio vuelve al canal donde hizo los reportajes más impactantes del periodismo televisivo chileno- es garantía de alta calidad. Asi lo vimos con todo lo que hizo en otros ciclos como “¿Qué comes?” y “Misión encubierta”, cuyo alto nivel y una vara elevada nuevamente quedó de manifiesto. Además, “Chile frente al espejo” no solo se enfocó en un contexto político, sino que en lo social, lo cultural y los cambios tecnológicos que ocurrieron en 30 primaveras.
Hemos visto no solo la opinión de Patricio Bañados hasta de la Franja del Si, sino que otros aspectos dignos de destacar: Como cuando, bajo las órdenes de Gonzalo Bertrán, Kike Morandé acosó y obligó a hablar a una pequeña Maite Orsini acerca de su pololo, con las consabidas disculpas del director de televisión. También vimos, bajo la mirada sagaz de la gran Natalia Valdebenito y de Cristian García Huidobro cómo ha cambiado el humor en televisión.
Además, se inculcó a los jóvenes cultura musical, como cuando Ivan Valenzuela en plena noche conversó con un grupo de bailarines K-Popers acerca de la música que se escuchaba en 1988, como la memorable “Ella llora” del grupo Upa!, en la misma línea pudimos apreciar como en el concierto del lanzamiento del recomendable disco “Que nos devuelvan la emoción” se cantó el “¡Y va a caer!” con todos los riesgos que eso conllevó. Francisca Valenzuela además se tomó el tiempo de hablar del Festival Ruidosa, una de las iniciativas más interesantes e importantes que busca acercar a la gente la música hecha por mujeres.
“Chile frente al espejo” nos hizo recordar esos programas de revisionismo histórico que siempre son necesarios en un contexto como el que estamos viviendo hoy, como lo vienen haciendo “Televisión Registrada” de Argentina, “El Orígen” de Uruguay, “LaSexta Columna” de España y recurrentemente los espacios de actualidad del Perú. Es un espacio que es “algo más que amontonar archivos”: Es una clase didáctica de educación cívica.
Porque es bueno que estos programas existan, para que los más jóvenes y sobre todos los millennials entiendan la importancia de ir a votar, como se exhibió en el sobrevuelo por Santiago cuando hubo largas filas para ejercer su derecho a sufragio ese 5 de octubre de 1988. Es un mensaje de cómo la unión entre los chilenos, sobre todo desde las clases bajas, podía lograr cosas como sacar del poder a un dictador con solo un lápiz y un papel.
Al final, “Chile frente al espejo” cumple su cometido no solo como un programa que se aleja de lo que ya hemos visto en todos los programas que se dedican a hablar del pasado, sino que contextualizan excelentemente con el presente actual y de cómo algunas cosas han cambiado en 30 años y se mantienen hasta hoy, asi como esos problemas que aún persisten y de los cuales se busca una solución.