A nuestra redacción nos llegó una carta de una señora que le escribe a los ejecutivos de la televisión abierta de Chile, y nos pareció pertinente publicarla por esta vía.
Señores ejecutivos:
Les escribe una de las tandas personas que ustedes habitualmente ven como números, como cifras de rating, como conejillos de indias para que ustedes tengan utilidades a fin de año y dejen de bailar con la fea.
Me presento, me llamo María, vivo en una población humilde de Santiago Poniente. Tengo dos hijas, una de ellas vive viendo Netflix que lo puse hace poco. La otra es fanática de una de estas niñitas que han salido últimamente, Dua no se cuanto. Mi marido es futbolero y solo prende la televisión para ponerle YouTube a las niñas o para ver sus partidos por el cable.
En la mañana me toca ver televisión abierta, y no es tan agradable que digamos. Esta semana no más me tocó ver a Raquel Argandoña hablando de los problemas de sus hijos que se pelearon en redes sociales. ¿Ustedes piensan que esas cosas le importan a la gente que no sea de su metro cuadrado? ¿Creen que es ético que estos conflictos familiares se resuelvan delante de las cámaras e involucrando televidentes que poco y nada saben del tema, y que no deberían saberlas tampoco?
Luego, la cambio a La Red. No niego que a veces veo “Intrusos”, pero hay cosas en las que la “entretención con orgullo y sin culpa” se les va de las manos. Como cuando alardearon por un video porno de esta niñita Luli… Ver a Guaguito describiendo el material y llamando a buscarlo por internet me dió asco. Sé que la farándula no está para transmitir valores a los televidentes, pero yo sé que Alejandra Valle es feminista, y debió haber parado en seco a un panelista de su programa al hablar del tema. Yo soy de avanzada edad, pero de igual forma sé que hay cosas que no están en su lugar, y la humillación pública por un pack sexual es una de ellas. Publicar un video sin consentimiento y mostrar sus pantallazos en televisión es penoso y malévolo, y más aún si viene de alguien que recientemente asumió en el directorio de un medio prestigioso como El Desconcierto.
En el verano antepasado me tocó ver “Doble tentación”, para qué les voy a mentir: A veces los realities tienen ese “no se qué” que te deja enganchada, pero esa niñita, Oriana creo que se llama, es una maleducada y sus insultos a diestra y siniestra llegan incluso al racismo, a la xenofobia y a la homofobia. Me da lata lo que tuvo que sufrir esa Lattimore porque Mega, canal del que veia sus turcas hace poco, no vio que la violencia in extremis se les fue de las manos. Y ustedes, como un canal que lleva años de circo, debieron ponerse en el lugar de ella. Y ya que estamos… Una vez fui a comprar al centro, vi en la Plaza Santa Ana a un grupo de niñas que repetían esa frase de “barriobajera macarroncia”. ¿Eso le están enseñando a sus televidentes?
Por eso la gente dejó de verlos. A lo más veo “Rojo” porque siento que es importante que se muestre el talento escondido que hay en nuestro país. Me gusta ver a la Millaray, a la Jeimy, al Andreii, a la Geraldine y a la Chantal, a todos ellos los encuentro tan talentosos. Y ese cabro oiga, Juan Angel, tiene un ángel y un carisma que me conquistó.
Y es válido que nos conquiste el talento, porque cuanto hemos visto y cuanto se ha desperdiciado tanto dentro como fuera de pantalla. Yo vi “Factor X”, “The Voice Chile”, hasta “El mejor de Chile” que no era tan bueno. Todos esos los vi, porque creo que eso es lo que deberían mostrar, en un mundo donde dominan las malas noticias y los malos ejemplos, ellos dan cátedra de cómo destacarse con buenas armas. Porque me reía con las tonteras de Luli y Vale Roth, pero hubo un tiempo en que ya todo se volvió repetitivo a propósito y me di cuenta que lo que hacía era horrible y estaba mal, tanto que perdí el rastro de esa gente, y es mejor que ustedes también lo hagan.
En las noches no hay mucha variedad que digamos, porque todo es novelas o lo que quedó de farándula. Lo único que se asemeja a lo que busco es “Pacto de sangre”. Es una telenovela que se aleja de lo común y lo convencional. Vi “Casa de muñecos” pero no me enganchó del todo, se dan vueltas en una y otra cosa y llenan la hora disponible de comerciales. Eso hicieron cuando veía a la María Elsa y al Padre Reynaldo, la trama no avanzaba nada. Veía también “Verdades Ocultas” pero hay errores indigeribles que hicieron que también lo dejara de ver.
Por eso, en esta humilde carta, les pedimos a nombre de muchas Señoras Marías que vean más allá de los gráficos Excel. Tómenle el pulso a la calle, al ciudadano de pie como yo. Ese que se las arregla para llegar a fin de mes, ese que trabajó toda su vida y hoy tiene que seguir remándola porque su jubilación no le alcanza. No llenen la pantalla de nefastos, de gente que dice y hace cosas violentas y llenas de odio. El rating llegará a ustedes en la medida que dejen ese ombliguismo que hizo que buscáramos otras fuentes de entretenimiento.