Nuevamente la mafia napolitana farandulera usa sus armas para intentar bajar a alguien por personalismos, sesgos o juicios valóricos. No debería sorprendernos en todo caso, sin embargo, ese “juego” (como muchos de sus defensores lo llaman) lo usan para difamar a alguien que estuvo durante varios años haciéndolo y que hoy es la víctima de un peligroso negocio.
Mariela Sotomayor se fue en mala de “Intrusos” de La Red y no pasó ni una semana cuando los panelistas del programa de farándula de la estación de Avenida Quilin se levantaron en armas e hicieron lo que todo farandulero sabe hacer: Insultar. Después de un escueto comunicado de Alejandra Valle, tomó la palabra Claudia Schmidt quien usó su tiempo para amenazar y agredir verbalmente a la periodista de espectáculos, sacando a colación sus problemas, intimidades e incluso un arriendo. Digno de la televisión de hace cinco, diez o quince años atrás.
Paradoja o no, Sotomayor es víctima del mismo “juego farandulero” del que profezaba cuando era la narradora cahuinera de “Primer Plano”. Entonces, que para la “tertuliana” sirva de lección para que se aleje lo más rápido posible del género televisivo que carcomió nuestra industria hasta hacerla inmirable. Y si quiere seguir en espectáculos, que sea el blanco, ese del talento, de los valores positivos, de la gente que inspira, que sabe de donde viene y a donde va. Y por su bien, que no siga en el lado de las Lulis, las milicas, los Patos Lagunas, los packs sexuales, las peleas en discotecas, los “plata por intimidad” y tanta cosa que a la larga le hizo mucho daño a nuestra tele.
La elección es suya.