Desde que salieron del aire los canales de AMC Networks de VTR que muchos lamentan la pérdida de estos canales que tenían una buena base de público. Y en particular uno de ellos se comenzó a extrañar en estos días: Film&Arts.
“¿Pero cómo? ¡Si ese canal, como todos los culturales, no los ve nadie!” dirá usted. Sin embargo, en este caso, últimamente y luego de años de abandono por parte de Pramer, la cadena AMC lo primero que hizo al tomarlo fue darle un nuevo aire y meter entretenimiento de primer nivel, que es lo que pedimos siempre hasta que nos da hipo en este humilde juego a hablar de tele. El estelar de Graham Norton es un buen ejemplo de lo que se puede hacer mezclando la entretención con una alta vara en contenidos, y asi se demuestra con invitados que la TV chilena dejó de traer “porque televisar lo que le pasa a la Luli sale más rentable”.
Obviamente los montajes de ópera y ballet siguen en la programación de F&A, sin embargo, a esto le añadimos más productos de BBC. Si, los mismos que sobresalian en otro excelente canal de cable que perdimos llamado BBC Entertainment: “Doctor Who” y más series británicas convivian con las españolas “Gran hotel” y “Velvet”. A eso le sumamos el clásico “Desde el Actors Studio”.
En principio me afectaba la pérdida de Film&Arts pero no como cliente de VTR sino que de Movistar, que también sacó esas televisoras de antena, pero sin el escándalo posterior, que fue lo que pasó en la cablera más grande de Chile. Ahora tengo acceso a DirecTV GO y no me pierdo lo que realmente me interesa de esa estación como el mencionado estelarísimo de Norton. Film&Arts en sus años con AMC había redefinido la cultura en televisión abierta, no desde un punto de vista elitista sino que buscando llegar a más públicos aparte de los que habitualmente consumen la Antología de la Zarzuela.
Como sea, y como en los tiempos oscuros de nuestra TV abierta, quienes lamentan la desaparición de Film&Arts de la parrilla de VTR son tratados despectivamente de “intelectuales”. Esa misma gente que está al tanto de packs sexuales, peleas varias y de vaivenes amorosos de sus ídolos con más testosterona que talento. Esos que creen que ser ignorante o un iletrado es un derecho que asumen con orgullo (parece joda, pero es la peor de las verdades) y que quienes vemos y pedimos cosas diferentes con gente más y mejor capacitada pertenecemos a un nicho para nada masivo que merece ser marginado de las decisiones de quienes hacen televisión en Chile.
Y no hay nada peor que la segregación tevita. Esa misma que hace que hayan televidentes de primera y de segunda.
No pierda el miedo de pedir y de sumarse a la demanda colectiva que busca el regreso de los canales AMC. Si usted ve Film&Arts o El Gourmet (otro canalazo imprescindible) o cualquier otro canal del conglomerado, no tiene que dejar que nadie lo haga sentirse mal por ver algo que valóricamente hablando forma más que ver el juicio del hijo de una farandulera. Si al fin y al cabo, ver actores y cantantes conversando de lo humano y lo divino o deleitarse con un doctor intrépido es más edificante que la mayoría de lo que nos vende nuestra pequeña pantalla.