“O Balancé Balancé, quero dancar com vocé, entra na roda morena pra ver, o balancé balancé” cantaba la gran Gal Costa. Cuando Canal 13 apostó por el Festival de Las Condes el año pasado y solo promediaron 9 puntos, yo en lo personal sabía que no la iban a tener fácil para intentar posicionar el evento. Pero contrario a otros canales que dejaron morir festivales que tenían todo su potencial (como pasó con TVN y el Festival de Iquique, que se le pudo sacar bastante provecho para ser un Viña alternativo y más juvenil), la siguieron y la consiguieron.
Este evento superó -aunque todavía no con creces- al del año pasado, dos de las tres noches fueron victoriosas para el canal de Luksic y la idea loca -una de las tantas- de Joaquin Lavín Infante y, al menos en esta pasada, el otrora hombre “del cambio” demostró en la parrilla tener un poquitito de más gusto que el Festival de Talca… e incluso el mismo Viña.
En la primera noche vimos el tremendo arrastre que Jesse & Joy tuvo con sus canciones endulcoradas con Stevia y con gran buenrollismo, el carisma y la belleza de Joy Huerta junto a la personalidad y talento de su hermano consiguieron deleitar a la fanaticada más jóven. Al cerrar la jornada vimos a Kudai que, pese a sus consabidas limitaciones vocales, hizo excelente su negocio de recordar los tiempos de los pokemones, los emos y el Gabo y la Majo de MTV conduciendo sus programas desde un edificio en el ahora CDMX.
En la “segunda puntata” pudimos apreciar que Emmanuel sigue teniendo bastante éxito, pero ya la voz se le fue a cualquier parte, aunque su calidad musical sigue intacta pese a las limitaciones vocales tan propias de la edad. Sin embargo, Américo con su “cumbia de traje de gala” presentó su cancha que ya le ha hecho ganar varios seguidores en el extranjero.
En la última jornada comprobamos que Prince Royce sigue sumamente vigente y ha logrado mantenerse en lo alto de la popularidad con sus canciones y su apariencia fisica. Todo lo contrario a Schuster que francamente es la pura facha, porque de voz y talento, la nada misma.
Punto aparte al humor, porque acá me quiero detener y es que estuvieron bastante al debe este año: “Pastelito” debe afinar más su faceta de comediante si quiere llegar a los grandes escenarios como Viña -sería una tremenda lástima que alguien tan esforzado y humilde como él pueda ser devorado por el siempre implacable “monstruo”- y Melón y Melame con los mismos chistes de la época del Jappening revisteril y del “Viva el Lunes”. Solamente los Fusión Humor salvaron los muebles, pero igual sigo extrañando al Papaya original, que el que pusieron ahora no tiene ninguna gracia.
Como ideas para proponer para la siguiente versión es que se mantenga el buen gusto en lo juvenil, que Alfredo Alonso sin duda ha hecho esfuerzos desde su rol como director de entretenimientos de Bizarro para elevar el nivel de los festivales masivos, aunque algunas parrillas estén hechas con más corazón que otras. De cualquier modo, el 2020 sería bueno por ejemplo ver a Ha*Ash, a mi gusto las grandes ausentes de esta temporada de festivales veraniegos -pudieron estar en la Ribera del Rio Claro, por ejemplo, en lugar de Amar Azul- y cuya fanaticada en Chile sigue en aumento. También una oportunidad para la guapa y talentosa Lali Espósito, y si hablamos de revanchas, la de Fey. ¿Y por qué no pensar también en Rosalía, la española que causa furor entre la juventud? Y si Viña ya no va a tener anglos… ¿Por qué no hacer una cuarta noche con artistas de habla inglesa? Podrían dar el mismo golpe a la cátedra que dio TVN al contratar a una Demi Lovato que venia saliendo de un momento complicado en su vida llevándola para la “tierra de campeones” con su excelente disco “Unbroken”, y llevar a una artista juvenil que sea accesible -que las hay- y que tenga plena disponibilidad para estar el próximo año. Una Dua Lipa, una Bebe Rexha, una Camila Cabello. Les aseguro que la repartija de entradas si se llega a consumar no dará abasto.
Sea como sea, a Las Condes hay que cuidarlo y no dejarlo morir como otros eventos. Canal 13 le atinó y subió la audiencia, y la meta es seguir superándose año tras año. Esa es la idea.