No sabemos si es una guerra entre dos gremios, sin embargo, los canales de televisión formularon críticas a la gestión actual del CNTV liderada por Catalina Parot, quien debo reconocer que ha tenido más mano dura con ciertos contenidos que se emanan desde la pequeña pantalla, incluso más que gestiones anteriores.
El primero en poner el grito en el cielo fue Javier Urrutia Urzúa de Canal 13 quien a raíz de una sanción contra una rutina de Yerko Puchento que ofendía a la Virgen María habló de una defensa a la libertad de expresión. El ejecutivo afirmó que “El CNTV cumple otros roles. Yo los respeto. Este de ser garante del buen gusto o lo correcto, en especial en el humor, no les corresponde ni por mandato legal ni por sentido común“. Por su parte, la consejera y actriz Esperanza Silva defendió el rol del Consejo diciendo que “No somos custodios ni inquisidores. Se hace lo mejor posible para tratar de elevar el nivel cultural de la TV”.
Desde TVN, por su parte, dijeron que “La defensa de la libertad de expresión es uno de los valores que profesamos como medio de comunicación y es un mandato inexcusable para nosotros como televisión pública. No estamos de acuerdo bajo ningún punto de vista con nada ni nadie que pretenda restringirla más allá de los límites que la ley ha impuesto, como la injuria, la calumnia o lo que regula la Ley de Prensa. Defendemos asimismo la capacidad que tenemos los canales de ejercer la autorregulación”. Jaime de Aguirre, ex director ejecutivo de CHV y el citado canal y promotor número uno de la telebasura y la farándula dijo que “Estoy en desacuerdo que organismos estatales ejerzan censura en contenidos. El CNTV debería tener un rol mucho más apoyador que censurador, son mucho más importantes las orientaciones, abrir debates o defender los fondos”.
Sin embargo, hay que hacer memoria para saber que esto no es nuevo: En 1990 el mismo Consejo sancionó a TVN debido a la exhibición de un topless en medio de un reportaje acerca de la Unión Soviética en “Informe Especial”, y al año siguiente nuevamente penaron al canal estatal por un concurso de “Siempre Lunes”, lo que motivó las quejas por parte de la red pública.
Pero volvamos al presente porque hay que ser neutrales: Algunas sanciones del CNTV tienen todo el asidero del mundo como aquella que formularon a “Intrusos” luego de la humillación a la que sometieron a Gloria Simonetti, pero otras como la ya citada “Virgen María” no tienen razón de ser. Del mismo modo resulta incomprensible que ellos digan que los canales del Congreso no estén presentes en la TV abierta cuando industrias como Europa, Perú, Brasil y México cuentan con estas señales en las pantallas de libre recepción.
Por eso siempre hemos formulado la existencia de una “Defensoría del televidente”, algo que en Colombia está presente en todos los canales (incluso los privados RCN y Caracol) y que en España solo tiene Televisión Española. Eso sin obviar la encomiable labor del CNTV al respecto de cuidar el correcto funcionamiento de los servicios de televisión, incluso perfectamente pueden complementarse.
Una defensoría del televidente sería una poderosa señal de que a las señales abiertas si les interesan los contenidos que se emiten y pueden incluso ayudar a los consejeros en varios aspectos. No digo que sea la panacea, sin embargo, si puede ayudar a que ante el más mínimo error (como los miles que ocurrieron en marzo de este año) se pase la factura que sea necesaria.
No es justo que la TV chilena viva en una anarquía que la haga tan inmirable como entre el 2010 y el 2013. Tampoco es justo que los canales, por unas sanciones más o menos, quieran quitarse de encima al CNTV ya que si ellos dan lo que dan, si es ofensivo o violento, deberían atenerse a las consecuencias de ellos y no alegar por la “libertad de expresión”. Además, pese a que existen televisoras públicas y privadas, debe ser iniciativa de estado resguardar el correcto funcionamiento de los canales de televisión abierta asi como también impulsar iniciativas para elevar el nivel y alcanzar los máximos estándares internacionales.