Ni siquiera fue necesaria hacer la pregunta de cómo podrá sobrevivir Home Box Office sin una de sus vedettes más cotizadas, porque ya tenían un as bajo la manga.
Después de las aventuras y desventuras de Daenerys y compañía, la cadena no se quedó dormida, no se quedaron sin superar uno de los fenómenos televisivos mundiales de la década que está comenzando a despedirse y de inmediato lanzaron una nueva serie cuya crudeza es tan real como chocante.
Y es que la miniserie cuenta una historia relacionada con el desastre nuclear de abril de 1986 que, para muchos, fue el principio del fin de la Unión Soviética. Si bien los estadounidenses enpezaron a verla a comienzos del pasado mes de mayo, no fue hasta estos días que la audiencia latinoamericana sencillamente se rindió a los pies de esta producción que reafirma “la década de oro de la televisión”. Un tiempo que nosotros, gracias a decisiones erráticas y privilegios inmerecidos, estamos viendo bastante de lejos. O quizás los ejecutivos sufren de miopia: Ver bien de cerca, pero no de lejos.
De esta manera, HBO demuestra que sabe reinventarse y buscar nuevo público, y más aún si la final de GOT dejó a muchos con sabores bastante dispersos. Porque en televisión la cosa asi es: Más allá de los números del rating y las lucas, si no te reinventas estás condenado al fracaso y al aislamiento completo del contexto internacional que vive el medio.