“Gran Hermano”, ese reality holandés cuya versión española se emite desde el 2000 en Telecinco, se ha caracterizado por tener una fiel base de seguidores, por ingredientes como fiestas, jolgorios, carretes, alcohol y vodka al por mayor, y también por los conflictos que aparecen en el programa y que son motivo de una descollante sintonía.
Sin embargo, en una oportunidad se les pasó la mano: En 2017, después de una fiesta que terminó mal, dos concursantes dejaron el encierro: José María López por conducta inapropiada, y Carlota Prado por decisión propia. Esta última, dos años después, relató a El Confidencial una cruel realidad que se vio mientras las cámaras de la casa estudio se apagaron.
Prado confesó que mientras estaba en un sillón de la casa, José María se acercó a ella y empezó a manosearla y a acariciarla. Ella reaccionó con un forcejeo, pero él la llevó a una habitación. A la mañana siguiente, Carlota no recordó nada de lo que había sucedido en esas últimas horas, pero al ir al baño se le cayó la ropa interior porque no estaba bien puesta.
“Yo doy por hecho que me han cuidado porque así me lo dijo él. Le pregunté qué había pasado y me dijo en mi cara que me había cuidado porque estaba KO” declaró. El 4 de noviembre, ambos fueron citados a declarar. “Me dijeron que me tranquilizara y que tenía que ver unas imágenes. Y en ese momento me pusieron el video con lo que sucedió esa noche, sin avisarme de lo que estaba a punto de ver” dijo Carlota. Ahi se mostró la brutal agresión sexual del que fue victima en el espacio. Lo peor es que no fue ayudada por ninguna de las personas que estaban en ese momento tras bambalinas en el espacio de Telecinco.
“No sé cuál es el procedimiento en estos casos porque yo no soy especialista, pero tendría que haber estado una persona a mi lado, un psicólogo o alguien que me ayudara a enfrentarme a esas imágenes tan duras” diría cuando le mostraron el material.
“Se ve perfectamente que se aprovecha de mí en la habitación y que yo estoy inconsciente”, dijo la víctima.
Estos son los momentos que no se ven en los reality shows, pero que hacen que mucha gente le tenga rechazo a este tipo de programas, por el tipo de comportamiento agresivo de ciertos participantes y por el bullying y agresiones de género y sexuales que hay en programas de este tipo. Este además es el modelo que adopta Mega para sus diversos teleencierros, como es el último caso de “Resistiré” donde hubo desde comentarios machistas hasta un ataque de celopatía.