En medio de las críticas a la labor de la televisión abierta chilena durante la cobertura del estallido social que vive Chile, Televisión Nacional fue el primero en acusar el recibo y, de prisa y corriendo, montó un programa de conversación acerca de cómo crear la patria justa y buena para todos.
El resultado: “Chile Ciudadano”, un ciclo que se estrenó anoche y que hoy estará de vuelta en el horario estelar del 7.1, con la conducción de Karen Doggenweiler y Gonzalo Ramírez. En él se ha invitado a distintos personajes del quehacer social para dar sus visiones e ideas del país que queremos después de esta crisis político-social.
El programa fue aclamado y fue una de las pocas acciones de los canales abiertos que tuvo una casi unánime aclamación popular en redes sociales. Diría yo que es hasta necesaria, que sea como vehículo con los gobernantes actuales para crear esos cambios que no pueden seguir postergados, más aún en tiempos en que se pide diálogo y ser escuchados.
Esta semana se comunicó que TVN cancelaba las celebraciones de sus “bodas de oro”, sin embargo, la mejor conmemoración a estas alturas es demostrar por qué son TV pública. Y este programa cumple con creces con dicha misión, es más, muchos apuntan a que sea un espacio permanente dentro de las pantallas del canal de Bellavista, que vaya más allá de la crisis y que sea un vehículo de conexión entre los actores sociales.