El sábado pasado en el programa “La Divina Comida” (Chilevisión) se invitó al futbolista y farandulito Kike Acuña, quien confesó que armaba tongos solo con el pretexto de ganar dinero.
En el contexto de hablar de sus conflictivas relaciones, él dijo que bebía mucho alcohol e iba a muchas fiestas. Comentó además que “me gustó la farándula, y yo lucré también con ese tema”.
La confesión en ese mismo programa salió de su boca: “sabía qué cosas podía hacer para que se hablara de mí el día lunes, martes, y el día miércoles me estuvieran llamando a un programa pagado”. Con esto, empezó a detallar el turbio mundo de los programas faranduleros, los mismos que durante esta década no permitieron que la TV chilena pudiese crecer a la par con otras industrias incluso de la región.
De hecho, ahondó en su conflictiva relación con una ex chica Playboy: “Ambos nos equivocamos. Expusimos mucho nuestra relación. Fuimos muchas veces a programas pagados. En ocasiones algunas de las peleas fueron inventadas para poder generar ingresos fácilmente“.
¿Ya ve por qué cuando decimos que se mal invirtió dinero en escándalos que posteriormente fueron mentira, no exagerábamos? ¿Notó ahora por qué la farándula es el género televisivo que desencadenó la crisis en nuestra pequeña pantalla?