Esta década empezó mal y terminó mal. Partió con el terremoto y posteriormente con un predominio de programas de “farándula dura” (como les gustaba llamar a los analistas tevitos) que alzó a la fama a gente que no lo merecía: Insultos de grueso calibre, body shaming (“Gorda lechona” de Eugenia Lemos), racismo (Oriana Marzoli), enaltecimiento de personajes cero carismáticos (Luli) y alzar como canones de vida el desenfreno, la fiesta y el alcohol al ritmo del perreo, hizo que nuestra pequeña pantalla se fuera a un “bote a pique”.
Ahora, hace instantes nada más, se anunció que “Intrusos”, el último bastión de la farándula chilena, se despedirá para siempre el próximo 30 de diciembre y será reemplazado por un alargue en la duración de “Hola Chile” y por una edición de “Punto Noticias” (las vueltas de la vida, La Red liquidó “Hora 20” y “Vigilantes” privilegiando al panel farandulero y ahora serán reemplazados por un noticiero).
Junto a ello, Chilevisión entre medio de los cambios que harán para mantenerse en un vice que asusta cada vez más a Mega, sacará del aire los programas al mando de Alexis Zamora (“Viva la Pipol”, “Tu vida, tu historia” que desde que se fue Recabarren que ha costado volver a encontrar el hilo, y “La noche es nuestra”) quien fue despedido de Machasa. ¿Volverá al 13? ¿O tal vez irá a reformar el área de José Antonio Edwards en TVN? Dos opciones que podrían ser buenísimas.
Ahora la televisión chilena tiene otro tipo de problemas aún más mayúsculos que las tongueras haciendo de las suyas por plata: La credibilidad que ha venido perdiendo desde el 18 de octubre. La manipulación, censura, bajadas de línea, invitaciones a paneles a personas de ambos extremos que poco aportan y que solo están para la cuña polémica, el ocultamiento sistemático de ciertas informaciones, han acabado con una década perdida hasta en lo más esencial para un ser humano: El derecho a estar informados.
Por eso no se ha de extrañar que Chilevisión Noticias crezca todos los días en sintonía y sobre todo en los estratos más pudientes, sumado a que el rating del nuevo canal familiar ha ido en constante crecimiento. Y lo mejor es que los nuevos lineamientos están dando buenísimos resultados a la larga.
Ha quedado absolutamente demostrado que sin farándula, la TV chilena ha funcionado. Ahora, ¿Con qué la reemplazamos? Muy simple: Talento. Esos jovenes que usted ve a su alrededor, tal vez cantando en alguna calle o bailando una de las Blackpink en el GAM o en lugares cercanos. A aquellos hombres y mujeres que desempeñan alguna relación con las artes: El cine, el teatro, la música, la danza, las telenovelas. Ya con la “prensa rosa-buitre” fuera de circulación a partir del próximo año, ya no hay excusas para una buena inversión monetaria. Mega tendrá que pensarla dos veces, o incluso más, si quiere hacer otro reality con los mismos ingredientes de siempre, y más aún con el fracaso de “Resistiré” y con lo que ocurrió en España con el Caso Carlota Prado.
No hay otra alternativa. El talento ha vencido en los últimos dos años. De nosotros depende que esta década que viene tambien gane. Y de los ejecutivos también, al menos los que tienen más sentido común.