La crisis en Chile pasó de los 50 días, se sigue protestando mientras el Gobierno sigue creyendo que las soluciones parche y las condonaciones al TAG van a solucionar todo, mientras tanto, nuestros ubicados y desubicados vienen como las listas del “amigo secreto” en todas las casas, empresas y colegios del país.
El ubicado: El fin de “Intrusos”
La crisis se encargó de sepultar algo que estaba como un auténtico zombie tevito: La farándula. Con todo lo que ha venido pasando desde el 18 de octubre quedaron atrás los horribles tongos, los musculines cero aporte, las tongueras necesitadas de atención y con más polémicas que talento, las peleas artificiales a pito de nada, la gente tóxica y los problemas mediatizados de quienes lo componen.
Cierto, el problema no es la existencia de ella en si, pero no hubiese sido mayúsculo si esa gente no hubiese monopolizado los contenidos de la televisión, casi en un tono mafioso o como si fuese un cartel peligroso. En si, era un cartel peligroso que definía qué contenidos debíamos ver, qué gente debíamos apreciar e incluso a quienes debíamos idolatrar, como si una persona que hace polémicas pobres y se dedica a pelear o a decir con quién se acostó -por plata- merecería la veneración de quienes veían este tipo de espacios.
Por eso, y con el perdón de los “profarándula”, “Intrusos” era un programa que no sumaba en el Chile nuevo y renovado que empezará en 2020. Sus defensores dicen que el espacio le da una bajada social a los problemas de los famosos pero yo no he visto nada de eso. He visto burlas, juicios, escándalos, polémicas y gente insultando a otra a pito de nada. Eso no es social.
Estoy seguro que en la próxima decada veremos una televisión completamente distinta, donde estén los que tienen que estar y los que deben, por méritos propios y no externos, ser idolatrados. Y cuando la vida privada o los escándalos hacen a una persona, esa es una mala señal.
Las desubicadas: Fran García Huidobro y Claudia Schmidt
Viene en sintonía con lo de arriba, porque el ataque ad hominem quedará atrás a partir del próximo año, y espero que estas dos personas estén conscientes de ello.
Esta semana la conductora de “Sigamos de Largo” (Canal 13) atacó en duros términos a Daniel Valenzuela, a quién no perdona que en su cara en el estelar de TVN “Llegó tu hora” haya criticado el modus operandi de la mafia más grande de la televisión chilena. Y como “la dama de hierro” se cree la poseedora de la verdad, cree que tiene la autoridad suficiente para humillar y hostigar a las personas como el ex Palomo.
Y por otro lado, la ex modelo uruguaya y ahora opinóloga trató de “borracha” a Sigrid Alegría. La única persona que la apoyó era Michael Roldán, conductor del próximamente fenecido espacio de La Red, lo que habla mucho de la calidad humana de este personaje.
Ambos episodios nos dicen que esas personas han construido una carrera televisiva a punta de escándalos e insultos gratuitos hacia personas que ellos escogen como si fuese Ruleta Rusa, en un peligroso juego que ha causado pérdidas económicas, de audiencia y por sobre todas las cosas de respeto, prestigio y credibilidad. Felizmente la televisión del odio, del insulto y de los agravios gratuitos no tendrá cabida en la próxima década.