Murió Barbara Larenas. La guionista de “Amar a morir” (TVN) perdió la batalla contra el cáncer y falleció durante la jornada de ayer.
Siempre he pensado que la última novela del canal estatal mereció una mejor suerte. ¿Por qué? Porque era una producción que recordaba la vieja mística de los culebrones chilenos, esa donde el drama convivía con una historia lo suficientemente potente para mantener cautiva a la audiencia. No es por desmerecer a las vespertinas de Mega (siempre he creido que las nocturnas del canal moradito son superiores a las de las 20:00 horas y a la eternidad “oculta”), pero si la tira protagonizada por Felipe Braun hubiese triunfado, sin duda hoy estaríamos contando otra historia.
A mi parecer, “Amar a morir” tenía mejor calidad argumental que “Isla Paraíso” cuyo argumento era ser una copia de “La Fiera” con mezclas de “Estúpido cupido” y “Aquelarre”.
Y es que Larenas pudo perfectamente plasmar su lucha contra el cancer en esta novela, y le dio ese realismo mágico que era característico en los 80s y 90s. Eso complementado muy bien con excelentes actuaciones que hoy se reparten en las otras tres cadenas con ficción, incluyendo la primera.
Barbara Larenas hizo lo mejor que pudo. Lamentablemente el cáncer le ganó, pero su legado seguirá vivo en la generación de escritores que dan vida a la compañía que miles de jovenes y adultos tienen en la tarde o noche. Quizás lamentablemente no pudo ver a su última obra triunfar, como nosotros lo hubiesemos querido, pero estará siempre en nuestros corazones con la alegría que nadie le pudo arrebatar.