Ya han pasado siete capítulos desde que arrancó finalmente “Bailando por un sueño”, un ambicioso proyecto de Canal 13 en el que, con el mismo formato que exige don Marcelo Hugo Tinelli, se pone a bailar a famosos para cumplir el anhelo de una ONG al cual representan.
En un principio temí por una presunta farandulización del espacio. Para nadie es un secreto, sobre todo para quienes seguimos muy de cerca a la TV argentina, que allende Los Andes es un programa muy polémico que ha hecho de todo para quedarse con la sintonía de las noches: Desde empelotar -aunque sea por completo- a las divas faranduleras en el controvertido baile del caño de 2007, hasta los dimes y diretes entre participantes, participantes y jurados y entre jurados.
Acá algo tiene que ver en qué es lo que en realidad está esperando el público del estelar ya que hasta el momento ha marcado una sintonía más que aceptable, por sobre los dos dígitos y superando cifras que los de Luksic no veían desde hace varios años. Incluso han asustado a Mega que ve su liderazgo seriamente amenazado y que ha tenido que pasar capítulos de larga duración de su novela nocturna “100 días para enamorarse” donde por supuesto, y como en toda novela de Rencoret, tienen que pasar como tres capítulos para que suceda algo importante.
Por lo mismo, desde este humilde lugar donde jugamos a ser ejecutivos, vamos a hacerle un análisis FODA al programa. ¿Qué es un FODA? En administración de empresas asi como en cualquier asignatura relacionada con economía o gestión de negocios te pasan un estudio de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Y creo que en este caso hay cosas que reunen los cuatro elementos. Vamos vamos que nos vamos.
Fortalezas
El buen nivel de algunos concursantes: Algunos famosos que han concursado me han sorprendido de grata manera como es el caso de la comediante Yamila Reyna, el “Sensual Spiderman” (para mi uno de los favoritos para ganar esto, y hasta sería absolutamente simbólico su triunfo), Felipe Vidal y Belén Mora. Y acá podemos incluir a Maura Rivera, que en el baile ha sido “seca” como le llaman y que demuestra lo talentosa que es.

“Los 13 del 13”: Entre fines de los 80s y principios de los 90s habían varios ballets en la TV chilena que aparecían en varios programas de la época: Teníamos a “Abraxas” y “Huganzas” en TVN y la compañía de Karen Connoly en el 13 (que incluso protagonizó un aclamado comercial en 1989), además de los respectivos cuerpos de baile de “Éxito”, “Sábados Gigantes”, “Venga Conmigo”, “Motin a bordo” y “Sal y Pimienta”. Ahora, después de varios lustros, un canal abierto vuelve a contar con un cuerpo de baile, a la altura de otros gigantes de la tele como la BBC, RAI y ARD de Alemania. Eso le da sin duda más elegancia y distinción.
Oportunidades
Los ex “Rojo”: Para nadie es un secreto que amo el buscatalentos de TVN. Me gusta que se haga entretenimiento buscando verdaderos diamantes en bruto en el canto y en el baile (y quien sabe si en campos que se deberían también explorar como la actuación o la animación) asi como también he sido crítico de las cosas que no me gustaría que se hagan, y la hemeroteca de este sitio no me dejará mentir. Por lo mismo no cabe duda que quienes salieron de ese espacio sin duda han sabido brillar en “Bailando por un sueño”, e incluso en algunos casos se dan el lujo de opacar a los verdaderos participantes.
Desde mayo de 2018 que ellos cuando les ha tocado enfrentar a lo peor del farandulismo les han ganado por mucho, y acá me quiero detener en una figura en particular que como cantaba Rihanna brilla como un diamante: Chantal Gayoso. La chica es seca, talentosa y hasta ha opacado a Thiago Cunha llevándose todos los elogios, incluyendo los mismos que la odiaban, lo cual demuestra una superación y excelente trabajo detrás para que el talento sobresalga. Lo mismo digo de Pia Weidmann y Jazz Torres. Es importante que a ellos se les de el espacio en otros programas del 13 y se los prepare para otros roles como la animación, porque sin duda merecen destacarse por trabajo y sobre todo, por mérito.

El Estudio 3: Lo bueno de “Bailando por un sueño” es que el mítico Estudio Gonzalo Bertrán volvió a tener vida. El foro en donde desde la inauguración del complejo en 1983 se grabaron varios de los estelares más icónicos de la TV chilena y que en el último tiempo estaba en desuso ante la falta de proyectos (salvo programas puntuales como “Diana”) y del que incluso hablaron que ahí se habian construido oficinas, se puso de nuevo en actividad. Y no es para menos: Un programa de su factura amerita un gran escenario y hasta mejora al de Argentina. Sería bueno que se siguiera ocupando para más futuros proyectos y que no se vuelva a dormir.
Debilidades
El problema de los tiempos: En el primer capítulo hubo muchas críticas acerca del excesivo tiempo que se dio para presentar al jurado y a los 18 competidores. En la emisión del martes iban a bailar cuatro parejas, sin embargo terminaron haciéndolo tres porque según el público se destinaba más tiempo a la conversa y al diálogo más que a lo que realmente importa, que es el baile. Hay una importantísima debilidad acá que hay que subsanar a la brevedad.
Amenazas
Ciertos personajes: Un amigo en interno me mencionó que cuando le tocó el turno a la ex chica reality de Mega Gala Caldirola, la sintonía bajó a tal punto que casi los alcanzaba la novela turca “Hercai” de TVN. No se si por la misma conversa o porque la figura de esta mujer genera rechazo. Para mi, Gala no trasciende más allá de los fanáticos de los realities y de los llamados “profarándula” repartidos en algunos sitios de televisión. Lo mismo con Daniella Chavez que es otro “arroz graneado” y que, a mi gusto, ha tenido un pésimo desempeño en sus presentaciones y encima se pone farruca con el jurado.

Además, hay otro gran temor: Si ellas se ponen a hacer escándalo dentro o fuera del programa y abusan de ello puede irse la audiencia que poco a poco están construyendo. Conociendo lo “chispitas” que son ellas me temo a que pueden intentar traer de vuelta lo mismo que condenó a la industria a la crisis.
Estos son los cuatro elementos que pueden definir, para bien o para mal, el futuro de “Bailando por un sueño”. Por ahora el desempeño en audiencia dice que se ha estabilizado en los dos dígitos de sintonía y se ha mantenido en el segundo lugar, lo que para un canal como el 13 que le costó posicionar un producto prime en el inconsciente colectivo, no deja de ser bueno.
Y por si acaso, mi postura y la de este sitio sobre el estelar será la misma que con “Rojo”: Aplaudir y destacar lo bueno asi como también criticar lo malo o lo que no nos gustaría que se explotara en pantalla. Asi lo hemos hecho siempre, aunque a algunos les moleste lo que hacemos.