La Teletón por años monopolizó la palabra solidaridad en Chile, siempre usaban esa palabra para expresar los éxitos de la campaña y la acción mancomunada de tantos chilenos, tanto es así que Mario Kreutzberger se atrevió a decir que “Chile es el campeón mundial de la solidaridad”.
Pero en los últimos años la campaña ha detectado que la Teletón no correspondía a lo que se define como solidaridad, sino más bien es un acto de caridad o beneficencia, por lo que han evitado usar esa palabra y han apostado a enfocarse en el término inclusión, que ademas tiene un mayor valor social en estos tiempos.
La Teletón terminó transformandose de un acto catartico en un país ataviado de grandes dolores sociales para ser una obligación moral, tanto o más que el acto de sufragar en una elección, una mezcla entre ver el drama humano entrelazado con la eficiencia de la empresa privada y la economía de mercado, un nexo entre la sensibilidad social y el frío mundo de los negocios.
El tema es que la realización de la Teletón del 2019 se transformó en una piedra en el zapato, tras haberse pospuesto la campaña del año pasado debido a las complicaciones del Estallido Social, la versión que se realizará en abril corre riesgo por la amenaza de la propagación del Coronavirus, si bien Mario Kreutzberger ha anunciado que el evento será diferente, sin la presencia de público masivo ni la visita de grandes invitados extranjeros, el tema es que debido a la urgencia mundial y la priorización de las urgencias, resultaría muy peligrosa la realización de este evento, razones hay varias.
El primero es que en atención a lo advertido por especialistas y por el Minsal, las primera semana de abril estaremos en una etapa de esparcimiento masivo del Coronavirus dentro del país, lo más probable es que nos encontremos en plena cuarentena y donde se implanten importantes limitaciones al libre transito, entonces es muy dificil que esten las agencias de los bancos abiertos, menos aun se realizaran los multiples actos masivos que organizan municipalidades para amenizar la campaña, ¿el Estado tolerará que la gente haga cola en un banco, a sabiendas de los posibles contagios y aun más encima con el contacto de dinero físico, lo que complica aun más las condiciones de higiene? Si bien ya se ha coordinado con todos los bancos comerciales del país para abrir sus plataformas digitales para hacer efectiva la donación, aun hay mucha gente que no está acostumbrada a usar estas aplicaciones. Otro factor importante es la mantención de los numerosos funcionarios y profesionales que estaran cubriendo la campaña, ¿habran condiciones suficientes para realizar la transmisión sin riesgo de contagio? Y por último, a medida de que el Coronavirus cobre más víctimas, ¿cree usted que la ciudadanía estará enfocada en una campaña de televisión, por muy importante y necesaria que sea? ¿Cree que hoy con tantas urgencias estamos dispuestos a enfocarnos en la Teletón como en años normales?
Los riesgos son enormes, la ciudadanía no estará privilegiando participar en esta obra debido a la preocupación del Covid-19, pero tambien la insistencia de mantener la campaña podría generar grandes anticuerpos para la institución, si se realiza la campaña no solo estan arriesgando un fracaso monetario, sino que recordaremos la desidia de mantener un evento que arriesga que priorizemos algo que no es urgente y que si puede encontrar solución por lo menos hasta fin de año.
Y en esto último, apelamos a que las grandes instituciones del país, hablamos tanto de las empresas auspiciadoras como las competidoras de estas, que se unan y hagan un esfuerzo especial para crear un fondo especial y así mantener la obra hasta que pueda realizarse la campaña correspondiente al 2020. Si tanto apelan a la solidaridad para donar en la Teletón de manera masiva, ahora es buena oportunidad para entender que no es la presión de un animador efusivo, sino la necesidad de miles de niños y de familias que recurren a esta institución como la única esperanza de que puedan encontrar una adecuada atención a sus necesidades de rehabilitación, antes de querer figurar en un show televisivo, perferir entregar una acción loable y fuera de las grandes camaras y poder aportar con un año de atenciones médicas, de protesis, de ampliación de institutos, etc.
Tal vez si los empresarios chilenos tengan real conocimiento de la filantropía, no sería necesario hacer este tipo de campañas, y de hecho en el pasado históricos empresarios como Arturo Lopez Perez lo hicieron, donando toda su fortuna a un fondo para crear una organización para aquellos que padecían cancer, hoy la FALP atiende a miles de personas a traves de múltiples centros medicos y un servicio de punta.
Es ahora en donde se debe demostrar la verdadera solidaridad que se apelaba con la Teletón, este gesto solidario parte de la misma organización de la campaña que debe entender que no son momentos para que los chilenos concurran a donar dinero, como tambien parte de los que más tienen y puedan organizar una acción conjunta y puedan solventar a la fundación en este año tan complejo.