Desde aquel primer caso en la ciudad de Talca, nadie imaginó que el COVID-19 iba a ser cosa seria, a tal punto de que iba a generar una recesión mundial casi peor que la de hace 100 años, según especialistas e incluso el Fondo Monetario Internacional. Y por supuesto, nadie pensaba que iba a generar implicancias en la televisión nacional de libre recepción.
Desde programas que salen del aire repentinamente tomando recesos (“Bailando por un sueño”, Canal 13), otros que aprovechan la pandemia para salir quizás para siempre (“A todo o nada”, TVN) y otros que ahora no se sabe cuándo van a volver (“Rojo”, TVN). La imposibilidad de producir en directo ha generado que se recurra al envasado como programación de emergencia, aunque en el canal líder por supuesto llevan años en esa modalidad de mucho envasado y poca producción. Y lo peor es que así les va bien, al menos desde el punto de vista pragmático, porque desde afuera nadie toma en serio ese extraño fenómeno de que el que más triunfa no es el que más estrena.
En medio de todo tenemos varios casos de cordura programática. Acá podemos mencionar a “T13 Te Acompaña” en donde el ex canal eclesiástico apostará fuerte por un rostro joven y cercano como Ángeles Araya, ex UCV Televisión y que ha ganado la simpatía incluso de quienes trabajaron con ella en el fenecido informativo del hoy TV+. Citamos también a “Desde casa” que a partir de este lunes puede constituir una oportunidad de oro para la televisión pública de reconquistar la esquiva sintonía en tiempos de crisis sanitaria.
Dentro del mismo 7.1 podemos mencionar al doctor Ugarte, panelista estable de “Buenos días a todos” que ha hecho una labor admirable de explicar las implicancias del mal del siglo XXI, sumado a una dosis de emocionalidad con los contactos telefónicos que ha tenido con su familia en medio del matutino.
De lo peor podemos citar al carnaval de políticos que nada aportan en los mismos matinales, principalmente “Bienvenidos” de Canal 13 que esta semana se dedicó más a llorar el dictamen de Contraloría que impide que los alcaldes vayan a programas de televisión a hablar de cosas que nada tienen que ver con su rol edilicio. Ya no están los tiempos donde hasta parlamentarios y ministros de estado iban a la escuelita del Profesor Salomón en “Morandé con Compañía” para ganar más popularidad. Acá se necesita seriedad.
La encuesta Cadem dice que si bien la mayor parte de la gente adquiere información del COVID-19 a través de la TV abiera, la mayor credibilidad la tiene la radio, que una vez más se alza como el medio de comunicación más cercano y democrático del país. Con decirles que este servidor si quiere informarse por televisión, lo hace através de cadenas internacionales como C5N de Argentina o el núcleo informativo de Atresmedia.
Se necesitan mayores especialistas que expliquen a detalle lo que va a pasar de aquí a futuro. Se requiere que la audiencia esté debidamente informativa y no reciba solamente una complaciencia de ciertos periodistas de noticieros a la hora de contrarrestar las declaraciones de políticos como Mañalich o Karla Rubilar. Se requiere agudeza y certeza con respecto a informaciones oficiales contra las maquilladas, como lo que hace Izkia Siches que cada día gana más y más adeptos -me incluyo- por su forma de hacer frente a esta crisis, como varios alcaldes de diversos colores y comunas que han manejado mejor la situación que el Gobierno central que ha tomado decisiones tardíamente y con capacidad de reacción más que de acción concreta.
Lo bueno de todo es que el aire se está purificando universalmente, la humanidad sacará lecciones muy importantes y esto sepultará cualquier intento del farandulismo de volver a antena. Con decirles que mientras una mediática nacional hacía un live para tratarnos de “hueones malditos”, artistas como Rihanna, Demi Lovato y Bebe Rexha han decidido donar parte de su dinero para ayudar al combate del Coronavirus en los hospitales, que se han puesto el hombro y que se merecen todos los aplausos del mundo.
Por último, qué bueno era Hernán Olguín.