El debate está listo y el té está servido y más calentito y sabroso que nunca. El reportaje de El Mercurio es elocuente: Hay una cantidad mayor de apariciones de alcaldes oficialistas en los matinales y programas de opinión que de cualquier otra ideología política. Independiente de los credos que uno pueda adquirir, esto es un claro desequilibrio informativo que solo se compara a, por ejemplo, lo que sucede en Venezuela: Todos los canales privados tienen que someterse a normas estrictas de información, y la mayor parte de las notas son sobre Maduro y si hay que informar sobre la oposición, solo lo que permita la autoridad de medios competente en ese país. O sea, control puro. Y tanto que les gusta a algunos admirarse de los “llaneros”.
Sin embargo, la diferencia entre esa realidad y la nuestra es que esa “despluralidad” de voces se ve en los canales privados. Independiente de las líneas editoriales de cada canal, no es de locos pensar que este posicionamiento indiscrecional a varios ediles responde a los intereses de los dueños de los mismos. Y en eso mucho tienen que decir dos realidades ahora muy similares a la nuestra: México y Argentina.
El caso de la “Teletiranía” en tierras aztecas
Durante más de 30 años, la poderosa cadena Televisa -si, la misma de las novelas y de algunos artistas- ha impuesto en sus programas de opinión y de debate varios candidatos a presidentes que en muchos casos terminan ganando las elecciones.
Es cosa de recordar, por ejemplo, lo funcionales que fueron a la asunción -con polémica y acusaciones de arreglín incluido- de Carlos Salinas de Gortari: Como las palabras de su hombre fuerte, Emilio Azcarraga Milmo, diciendo en una cena del conglomerado que “somos soldados del PRI y de su presidente”, o el videoclip “Solidaridad” -que fue el mismo lema del gobierno del “pelón”- que se grabó en los estudios de San Angel con la presencia de la mayoría de los cantantes y grupos que eran parte de la cadena, incluyendo a las “triple A” de entonces Verónica Castro y Lucía Méndez.
Una concepción privada de los medios que se reafirmó cuando en 1992, el mismo Salinas de Gortari privatizó algunos canales de la Red Imevisión a uno de sus parientes, el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien posteriormente crea Televisión Azteca.
En el año 2000 se repite la historia cuando el Panista Vicente Fox Quesada aparecía prácticamente en todos los programas del Canal de las Estrellas, incluyendo los de comedia como el de Eugenio Derbez.
En 2012, lo mismo: Se posicionó exitosamente a Enrique Peña Nieto quien, de hecho, estaba casado con una actriz de Televisa, Angelica Rivera, quien en medio del mandato de su marido debió enfrentar el famoso caso de corrupción de “la casa blanca”. Y que ni se diga de ex ejecutivos de la cadena que terminaron siendo parlamentarios del Congreso de la Unión. Periodistas como Adela Micha, Joaquín López Doriga y Carlos Loret de Mola fueron demasiado complacientes con EPN, incluso bajando el perfil de varios casos de corrupción como el de la citada ex primera dama.
El poder del Grupo Clarín
El segundo y más potente ejemplo todavía ha sido el del Grupo Clarín, que viene desde entrada la dictadura: En los años 70s, la dictadura sanguinaria de Jorge Rafael Videla le entregó Papel Prensa al consorcio de Hector Magnetto y Ernestina Herrera de Noble, mediante extorsiones incluidas a Lidia Papaleo. Con esto, el mayor productor de diarios del país se hacía dueño del papel con el que se hacen los periódicos. Pero ese sería el inicio de todo.
A fines de los 80s, adoptan una posición duramente crítica contra el primer gobierno democrático de Raúl Alfonsin, siendo cómplices de su caida entre 1988 y el ’89. Según el libro “La democracia a pesar de todo”, el mandatario dijo a los empresarios “Dejenme llegar a diciembre” y Magnetto respondió tajantemente “Ustedes ya son un obstáculo”.
Para las adelantadas elecciones de 1989, en medio de la crisis económica y hasta energética, Clarín promocionó a Carlos Menem. De hecho, cuando el riojano asumió el “sillón de Rivadavia”, desde Radio Mitre -emisora que ya pertenecía al grupo en una compra con muchas irregularidades- se hicieron frases radiales burlándose del líder radical. Como recompensa, en las privatizaciones de canales de ese año, consiguieron el Canal 13, fundando Artear en 1990 primero con una programación popular pero que a finales de ese mismo año la reorientan al ABC1 con la brillante gestión de Hugo DiGuglielmo.
En otras estaciones privadas se hicieron programas pro-menemismo como “Tiempo Nuevo” de Bernardo Neustadt (Telefé y posteriormente por América) en donde “dulcito” incluso celebró con champaña su reelección en 1995; y “Hora Clave” con Mariano Grondona desde Canal 9, que ya no era el líder imbatible que fue durante los 80s con sus novelas y programas “omnibus”.
En la elección de 1999 promocionan la campaña de Fernando de la Rúa, luego de asumido desde el diario hicieron portadas avalando los sucesivos ajustes de “chupete” hasta que todo terminara brutalmente los días 19 y 20 de diciembre de 2001. Después de cinco presidentes asumió Eduardo Duhalde -curiosamente, el rival de De La Rua- y el mandatario hizo una “pesificación” para perdonar la deuda del Grupo Clarín.
En 2003, nuevamente elecciones, adelantadas por la crisis. Desde Canal 9, recientemente comprado por Daniel Haddad, se hacía promoción al regreso de Carlos Saul, sin embargo hubo segunda vuelta entre él y Nestor Kirchner. El riojano se baja sabiendo que podría perder estrepitosamente en el ballotage y la reacción desde el programa de Mariano Grondona fue decir que “Kirchner es el Cámpora de Duhalde”.
Si bien durante gran parte del kirchnerismo el consorcio de Magnetto fue complaciente -a tal punto de que colaboraron en el revisionismo histórico de la dictadura con reportajes en Telenoche-, todo cambia de tenor durante el conflicto con el campo de 2008: Las palabras de Cristina Fernández fueron que “se quiere instalar la idea de que todo es negativo… Todo Negativo”. Hacía referencia al canal de noticias por cable del multimedio, Todo Noticias -fundado en 1993-, que lideró la campaña contra la primera mandataria mujer de la historia del país argentino. Una guerra entre estado y Clarín que tuvo varias aristas: La seguidilla de palabras cruzadas entre los ministros y los periodistas de las cadenas y la creación de “678” en la TV Pública en donde desmentían algunas de las noticias de los medios del grupo.
Durante el segundo periodo de CFK se creó desde Canal 13 el programa “Periodismo para todos” en el que Jorge Lanata denunciaba al gobierno y a sus partidarios, sin embargo, muchas veces caía en falsedades con el fin de hundirla: Una nota en donde hablaban de Luis D’Elía mostraba un chiste sobre las bolivianas que luego se comprobaría que fue sacada de contexto por el programa, y luego volvieron a emprenderlas contra el dirigente sindical, pero esta vez D’Elía fue más astuto: Le plantó un testigo trucho, al que la producción del programa incluso “extorsionó” para contar “su verdad”. Incluso desde el humor se le ridiculizó cuando la imitadora Fátima Florez -quien, objetivamente hablando, la caracterizaba muy bien- la mostró incluso tomando medicamentos.
Cuando en noviembre de 2015 el ex dirigente de Boca Juniors y empresario Mauricio Macri gana las elecciones, fue promocionado varias veces por El Trece y TN: El presidente electo fue invitado varias veces a Telenoche e incluso a magazines como “El diario de Mariana” junto a una de sus manos derechas, la ex jefa de gobierno de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que incluso varios periodistas como Pablo Sirven le pidieron que fuese presidenta de la nación.
Por ahora, en el mandato de Alberto Fernández, se ha mantenido la altura y más aún con la cuarentena nacional obligatoria decretada por el recien asumido presidente. Sin embargo, y conociendo el historial de Clarín… ¿cuando se acabará la “luna de miel”?
Estos dos ejemplos nos dan a conocer el gran poder que tiene aún la televisión abierta entre quienes todavía lo ven. La aparición excesiva de Joaquin Lavín en los matinales ha causado que sea el político mejor evaluado en encuestas como Activa Research y Adimark, y su renacimiento ha sido generado desde la misma pequeña pantalla, apareciendo en matinales muchas veces para hablar de temas que no tienen que ver con su labor edilicia en la comuna de mayor ingreso per cápita en el país. Una frivolización criticada desde Contraloría que se recuerda al mismo Menemismo, cuando el mandatario aparecía manejando lujosos autos, apareciendo en programas de humor o bailando con una odalisca en horario estelar.
Reitero que todos los credos políticos que hagan su gestión desde el sentido del estado y no desde el odio tienen que estar y tener cabida en la televisión, como viene pasando desde que recuperamos la democracia. Sin embargo, cuando de todos los lideres comunales que han aparecido desde el 1 de marzo hasta el 8 de abril un 83,2% son alcaldes de derecha, eso te habla de un desequilibrio informativo y una falta de pluralidad de voces que solo se ve en los dos ejemplos anteriormente citados. Por eso, ante las quejas de los partidos de centroizquierda, el CNTV lo discutirá este lunes y esperamos que Catalina Parot tome razón y tenga sentido democrático, porque este indiscrecional favoritismo no puede seguir pasando.