Quería escribir sobre la presencia de alcaldes y figuras oficialistas en los matinales, pero creo que ya hay una conclusión sobre este tema y no hay mucha vuelta que darle, pero me preocupa algo mucho más importante y que no tiene que ver necesariamente con los debates de asuntos contingentes en televisión, sino del tratamiento de los grandes temas país y que por diversos factores no se ha realizado con la necesaria altura de miras en los grandes medios.
Pasa que viendo ejemplos televisivos de otros países, en especial en Europa, los medios se hacen cargo de grandes temáticas que muy pocas veces se tocan con la profundidad necesaria en nuestros medios, por ejemplo la crisis hídrica que sufre la zona de Petorca solo comenzó a discutirse fuertemente en el país gracias a un reportaje de un medio británico, la discusión del modelo socioeconómico que eligió nuestro país fue objeto de una fuerte rutina humorística…en un programa alemán. Existe la sensación en varios sectores que volvieron los tiempos en que había de nutrirse de medios extranjeros para estar mejor informados sobre Chile, y eso no es positivo.
Como hemos reiterado varias veces a traves de este espacio, los medios no son imparciales como han tratado de venderse, no significa que sigan una tendencia político partidista específica, solo es que los grandes medios forman parte de un potente grupo de influencias bastante transversal bajo el cual se consolidó el modelo de consenso económico y social que rige en el país desde la recuperación democrática. Todo lo que esté fuera de este modelo consensual es mirado con recelo, tratando de bajarle los perfiles públicos de sus figuras y cuestionando a priori sus posturas ideológicas. No significa que no se les de espacio, lo que si está determinado es que ellos deben estar siempre contrapuestos por figuras pertenecientes al grupo del consenso, donde muchas veces terminan imponiéndose en cantidad. Lo mismo ha sucedio en la divulgación de contenido crítico al modelo, Televisión Nacional transmitió luego de mucha presión los documentales El diario de Agustín y Chicago Boys, pero ambos fueron exhibidos en un horario de baja sintonía, lo cual no aplacó las críticas a las decisiones de programación por parte de TVN.
Desde el 18 de octubre pasado este modelo de sociedad está en entredicho, sometido a una profunda revisión por parte de los círculos intelectuales y académicos, para ser francos estas discusiones han venido desde hace muchos años pero la ciudadanía ha tenido poco acceso a las tesis alternativas sobre el modelo de desarrollo que el país pretende llevar. Si bien en los días posteriores al estallido social se invitaron a una serie de académicos para analizar las razones de la crisis, las temáticas solo fueron analizadas desde las aristas inmediatas (bajas pensiones, abusos, inequidad en los ingresos y de acceso a los servicios básicos) y no desde los temas más profundos, las discusiones relativas a la institucionalidad y la manera de resolverlas de manera concreta para poner fin a la crisis.
En los próximos meses todas estas temáticas inevitablemente van a ser discutidas a traves del proceso constituyente que se concretará en octubre, independiente del resultado del plebiscito es clara la respuesta de la ciudadanía que expresa públicamente una necesidad de cambios profundos, tal vez se evaluará la forma de si los cambios se deben hacer de una forma u otra o si la discusión durará varios años o si se realizará en un proceso más rapido, pero la clase dirigente del país ha recibido el mensaje lo suficientemente claro en la necesidad de grandes reformas sociales.
Esperemos que los medios de comunicación de nuestro país, en especial los medios masivos, tomen con igualdad a todas las posturas en juego, que no menosprecien las alternativas que barajan cambios, que los debates se realicen sin “envenenar el pozo” a los participantes ni se limiten a los temas coyunturales, sino que abarquen tambien a los grandes ejes por los cuales se edifica el contenido constitucional del país.
Se debe realizar este debate con grandeza, con patriotismo, con un verdadero sentido democrático; con los privilegiados y con “los que sobran”. Solo así el “nuevo país” que se pretende construír será una verdadera “casa común”, donde se pierdan los miedos, traumas y venganzas del ayer, donde tengamos la oportunidad de participar todos, donde nuestras generaciones futuras sientan orgullo de la tarea realizada y no vergüenza sobre el país que les hemos heredado. Esa es la gran misión a futuro. Esa es la gran responsabilidad que deben asumir los medios hoy.