Desde este medio y especialmente por parte de su editor ha sido muy enfático en criticar la cobertura de los medios televisivos sobre la proliferación de casos de Covid-19 en comunas populares de la capital en desmedro de situaciones similares percibidas en establecimientos escolares y residencias de ancianos del sector oriente. Diversas organizaciones sociales criticaron la cobertura de los medios al distinguir tonos racistas y clasistas a la forma de cubrir una noticia en dos clases sociales diferentes.
Si bien respaldo la postura editorial de este medio, creo que debemos hacer ciertas orientaciones que nos pueden dilucidar por que cubren con mayor énfasis en un lugar en desmedro de otro.
En esta columna no podemos olvidar una realizada hace algunos meses atras y que se refería a la necesidad de los pobladores de divulgar sucesos que transcurren en sus barrios su único mecanismo para que la autoridad ponga atención a lo sucedido es llamando a las líneas telefónicas que despliegan los matinales para que estos casos puedan ser televisados a todo el país. Este es su único instrumento a su alcance para que las autoridades pertinentes (partiendo desde sus municipalidades) pongan alerta a las necesidades de la comunidad y que pasan de largo si no está encendida la camara de un programa televisivo. Evidentemente este conducto no tendría que ser así, deberían las autoridades las que conozcan del caso y solo despues estas pueden entregar a los canales de televisión la divulgación de los hechos.
Una situación ejemplifica todo lo expuesto anteriormente en esta semana, cuando vecinos de Maipú reclamaron ante diversos matinales la poca atención por parte de su municipalidad y de Carabineros ante la avalancha de asaltos acontecidos en ese sector, tanto es así que los vecinos encararon en vivo y en directo a los miembros del equipo de seguridad ciudadana de la comuna que recien aparecieron al llegar los matinales.
Los sectores de clases alta no necesitan de un matinal televisivo para que sus reclamos puedan ser solucionados sin desplegar un circo informativo, ellos tienen cerca a profesionales y grupos de presión para que sus problemas sea solucionados de una forma más sigilosa.
Pero, ¿es necesario tener dos horas enfocando la puerta de un cité de Quilicura? La respuesta es un “no” categórico, un problema que es la falta de solución de un hecho termina ocasionando efectos colaterales como la discriminación a un grupo de comunidades inmigrantes y a la población más vulnerable en general.
El tema aquí no es dejar de informar lo que sucede en lugar, como tampoco la respuesta es cubrir dos horas enteras en la puerta del colegio de élite, sino que es cumplir con un deber informativo de la manera más responsable posible, con el debido respeto a las personas y tratando de reflejar la verdad sin caer en mecanismos que solo acentuan las innecesarias odiosidades sociales.
La conclusión es que no necesariamente un clavo saca a otro clavo, sino que un problema debe ser divulgado con claridad y transparencia, pero sin caer en el sensacionalismo y en la discriminación de esta forma el mensaje puede ser llevado de una manera óptima hacia los televidentes. Que la gente recurra a la televisión como único instrumento para que sean escuchados debe ser un problema político importante y esperemos que estas autoridades políticas dejen de proliferar los estudios de matinales de la manera como lo están haciendo y es preferible que estén en terreno para conocer y solucionar las necesidades de sus ciudadanos.