Hoy es nuestro segundo aniversario. Parece que fue ayer cuando este sitio empezó, con pocos recursos, una plantilla “premium” que pese a sus mil y un funcionalidades aún poseía muchos bugs, gente dispuesta a aportar y otra que le pone palos a la rueda. Y sobre todo, el momento en el que TVenserio nació: Una industria que entonces no sabía qué hacer. Y ahora tampoco.
Nuestro rol ha sido más que nada fiscalizar como nadie ciertos contenidos de nuestra pequeña pantalla. No nos han temblado las manos cuando teníamos que escribir sobre el uso machista de una pelea entre “amantes” para hacer derribar un programa familiar -que lamentablemente lograron-, o cuando una farandulera usó las enfermedades mentales como un insulto, o las veces en que “Resistiré” ha usado el bullying hacia la mujer como un entretenimiento digno del circo romano, o cuando la niña símbolo de los reality shows tóxicos adhirió a una marcha en España con tendencias fascistas en medio de la Fase 0 de la desescalada y sin ningún respeto por las medidas de salubridad del gobierno local.
Durante el estallido que cambió para siempre la forma de ver televisión y al país, también hemos estado cuando teníamos que estar: Hablamos de todos aquellos pasajes de la cobertura televisiva que nos han dado vergonha, de encuestas que se dan en pantalla con datos erróneos, de esos periodistas que en vez de honrar a su profesión se dedican a hacer relaciones públicas o segundos voceros aparte de la Segegob, de canales que han flaqueado y el pedido público hacia las televisoras de “decir la verdad”.
Con respecto al COVID-19, lo mismo: Hemos criticado la interpretación que se le da a los índices oficiales, el despropósito gigante que fue la reapertura del Apumanque celebrada con challas y serpentinas por parte de los matinales que a las dos semanas se preguntaron si fue apresurado el “retorno seguro” cuando el tema no se había solucionado del todo, el nulo contraste de la información, el poco serio combate de las falsas noticias e incluso de aquellos rostros de ribetes menores que se aprovechan para ser parte de estafas que huelen mal.
Si nos metemos a Google Analytics, del 25 de mayo de 2019 hasta igual fecha en el año en curso, hemos tenido 189.863 usuarios que han leido algunas de nuestras notas, la mayoría en tono de denuncia de algunos contenidos que, creemos nosotros, no deberían estar presentes.
Por otro lado, nos encontramos con que el grueso de nuestra lectoría han sido personas de 25 a 34 años, seguido del rango de 18-24. Y de ahi los “sub 35” para abajo. El 54% de nuestros lectores han sido hombres y el resto, mujeres.
Si analizamos por qué los más jóvenes llegan a nuestro sitio, es porque sin duda la parte más nóvel es la más crítica de los contenidos actuales. Quien les habla lleva desde 2007 hablando de la pequeña pantalla nacional, lo bueno, lo malo y lo feo. Y a veces pareciera que nos centramos más en los dos últimos puntos. ¿Por qué? Simple: Cuando una industria se jibariza y se carcome por ciertos formatos, lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida.
Cuántos cantantes, grupos musicales, actores, deportistas, animadores, audiovisuales, productores, personas ligadas a las comunicaciones con ganas de aportar, ven como sus sueños de surgir se terminan o se ponen en pausa porque a un canal se le ocurrió la idea “genial” (#NOT) de llevar a la tele a dos modelos a pelearse por jogosos sueldos de Madonna, los mismos que deberían ir a personas más capacitadas, como en toda televisión seria y bien formada.
¿Qué hubiese pasado si “The Big Bang Theory”, “NCIS”, “2 Broke Girls”, “Melrose Place”, “This Is Us”, “The Good Doctor” y “Buffy, la cazavampiros”, entre otras series norteamericanas, no hubiesen tenido el apoyo de los canales y se hubiesen programado casi a las doce de la noche o una de la madrugada? No serían la referencia para miles de comedias, series policiales o dramas de la vida real. Y redoblamos la apuesta: ¿Qué pasaría si “Keeping Up With The Kardashians” hubiese aparecido todos los días en la primera franja prime seguida de un reality donde se explotan más los conflictos de convivencia en vez de las competencias? ¿Qué sería de Katy Perry si no hubiese aparecido en unos premios de MTV en el 2008? ¿O de los hermanos Cano junto a Ana Torroja si no hubiesen figurado como cantantes de trova a fines de los 70s en un talent show de la TV española? ¿Qué pasaría si las más grandes televisiones del mundo no se hubiesen aliado con los servicios de streaming o financiado películas locales y se dedicaran solo a los “tongos”, escándalos y peleas? En fin, ¿Qué hubiese sido si en USA y gran parte de Europa no se confiara en el talento?
Por eso en TVenserio estamos cada día más orgullosos de enarbolar las banderas del talento. Lo hemos hecho desde hace dos años y lo vamos a seguir haciendo, aunque para algunos les parezca que somos “SQP” (!). Porque cuando la televisión de un país no confía en el capital humano de las personas, es sin duda una televisión perdida. Lo hemos denunciado prácticamente desde hace diez años y hoy la industria está en el “default”. Es fácil culpar al COVID-19 o al estallido social cuando los errores provienen de cada una de las gerencias de los canales de libre recepción, de privilegiar ciertos contenidos “porque la gente los quiere ver” olvidándose de elementos que le dan un plus a un esquema programático.
Necesitamos un destape. Pero no un destape frívolo y segregador como lo fue el de los dosmiles y dosmildieces. Un destape de verdad. Ver cantantes del momento de acá y del mundo hasta sería rupturista tomando en cuenta el pobre nivel de nuestra pequeña pantalla, pero asi como estamos despiertos y queremos que la dignidad se haga costumbre, también buscamos que el talento así lo sea. Que las series se tomen en serio, valga la redundancia, y se impulse el buen contenido local. No se pueden esperar otros diez largos años para generar los cambios, tienen que ser ahora, y nosotros estamos dispuestos a contribuir, en la medida de lo posible, para que asi sea.
Orgullosos de defender el talento. Porque siempre vence. Y ojalá sean muchos más hablando de televisión en serio, sin concesiones y sin compromisos de ningún tipo. A todos, gracias.