Si en la decada de los 2000 y 2010 el “punto negro” de la industria era los contenidos emanados por los programas de farándula, hoy lo constituyen los matinales. Estos espacios que hasta hace algun tiempo atras eran programas magazines hoy se han transformado en el principal campo de batalla para obtener las esquivas sintonías, solo es en este bloque donde vemos a los cuatro principales canales moverse en las posiciones del rating, como tambien es en este espacio donde figuran los rostros más cotizados de la industria, algo bastante anómalo para la mayoría de los mercados.
Desde hace un par de años los matinales se han convertido en los residuales de otros contenidos televisivos, en especial de los noticieros. En el año pasado explicaba sobre los diversos contenidos noticiosos expresados en televisión, donde los programas matutinos recibían los contenidos que anteriormente cubría la “crónica roja” de los informativos, por tanto más que una “renovación” del los contenidos en televisión estamos hablando de un traspaso de estos a otros horarios, y estos informes utilizan los mismos recursos de los noticieros que eran criticados en años anteriores; utilización de musica incidental para otorgar mayor atención del publico, clasismo en la exhibición de mostrar la noticia, cantidad de noticias abarcadas a la “crónica roja” dentro de estos espacios, entre otros.
Los matinales tambien han abierto la puerta a la discusión política, sobre todo desde el 18 de octubre pasado, pero en vez de mejorar el debate público con la altura de miras necesaria, lo que más se ve es una excesiva figuración de determinados personeros políticos (el ejemplo máximo es Joaquin Lavin) y más que buscar un dialogo democrático entre determinados puntos de vista lo que los matinales ofrecen son un grupo de políticos obstinados a defender sus trincheras como de lugar. Para revolverle más al asunto las discusiones políticas en matinales solo se limitan a las temáticas coyunturales, sin dar espacio a tópicos de mayor profundidad intelectual donde figuras de un caracter distinto a la política partidista puedan dar su opinión.
Es verdad de que estos contenidos estan sujetos a la fuerte competencia entre las estaciones (reiteramos que es la única batalla real en el rating diario entre los canales) por tanto estos programas estan condenados a emitir un contenido facil de digerir, sin mayores complejidades y que a la vez impacten más a la sintonía, como tambien es cierto que los matinales tratan de entregar en ocasiones un contenido más ambicioso desde el plano periodístico, pero la tónica general es la preferencia por el sensacionalismo, las discusiones banales y sin conclusiones a futuro y una cada vez menor cercanía entre los comunicadores y el público. A pesar de la ferrea competencia diaria ya estan lejos en donde un matinal supere los dos dígitos, incluso en estos días en que el publico espera durante este horario el informe diario del Ministerio de Salud.
La “matinalización” ha terminado siendo el nuevo adversario para conseguir una televisión de mayor calidad, la objetividad y la seriedad terminan vencidos sobre el sensacionalismo, el debate equitativo y de alturas es derrrotado por dogmáticos de sus tendencias ideológicas que abundan en estos programas y una sensación de que la televisión se farrea nuevamente se apodera de las mentes de quienes pensamos en las oportunidades perdidas por parte de la industria en el camino de ofrecer un contenido atractivo pero de calidad al público.