Quizás como una consecuencia de la situación actual de nuestro país, el canal de WarnerMedia Chile se ha posicionado como uno de los canales de mayor credibilidad y confiabilidad en la televisión nacional, lo cual le ha permitido potenciar su contenido vinculado a la actualidad y al sano entretenimiento, que ha sido el leit motiv de la cadena desde febrero de 2018 cuando asumió Jorge Carey Carvallo (o dicho de otra manera, cuando “Primer Plano” se despidió de las pantallas).
Es inevitable no viajar en el tiempo cuando hace diez años atrás, el área de prensa de CHV era una vergüenza. Notas que se alejaban de los escándalos políticos y se centraban en robos, asaltos, asesinatos, violaciones, portonazos y noticias de tinte sensacionalista hasta con cabida para farandulismos explícitos, como cuando mostraron a Luli huyendo despavorida en un terremoto o las guerras de egos en el grupo La Noche. Asimismo, el programa de reportajes del canal llamado “En la mira”, si bien golpeó periodísticamente con reportajes sobre el asesino de Victor Jara o los pactos de silencio, no desentonaba en el tenor amarillo que le imprimió Patricio Caldichoury Rios, precisamente un ex editor de “60 Minutos” en el TVN de la dictadura.
¿Pero qué pasó? CHV tomó un camino arriesgado como lo es deshacerse de la misma farándula que les dió identidad, pero no asi una cualidad programática. Echaron a Caldichoury (con una rebelión incluída dentro de su equipo), se prescindió de “SQP” y de rostros polemistas como Francisca García Huidobro y se optó por subirle el nivel a la programación de la mano de espacios de concursos como “Pasapalabra”, una nueva definición de estelares de conversación encarnada en “La divina comida” y “Podemos Hablar” y, con ello, aprovechando el vuelito de CNN Chile, han alzado el nivel de prensa.
Una jugada cuyos resultados están a la vista: Durante la votación de la Reforma Constitucional del retiro anticipado del 10% de los fondos de las AFPs, Chilevisión ha liderado durante las votaciones de la Cámara y el Senado. El matinal “Contigo en la Mañana” se ha caracterizado por el análisis y las interpelaciones punzantes de un Julio César Rodríguez en el hábitat que le corresponde, sin miedo, juzgando sin compasión alguna a la clase política sean del credo que sean, porque todos le han fallado a sus electores. Podemos decirles que en los últimos días, el canal emoji ha disputado el rating diario con Mega y, tomando en cuenta el complicado momento de los de Vicuña Mackenna, no están tan lejos de ese primer lugar que en 2011 alcanzaron con malas armas.
Ahora los tiempos han cambiado, las faranduleras se han “reconvertido” en influencers de estafas piramidales y no necesitan de la televisión (y ojalá estén bien lejos de ese mundo). Hoy la gente está interesada en qué es lo que hacen los representantes que ellos mismos eligen en cada elección, desterraron para siempre el “no estoy ni ahí” de los 90s y hoy la nueva generación está despierta y vigilante, y Chilevisión (asi como CNN Chile) han sin duda reflejado ese sentir de la ciudadanía. El peak de 17 puntos que hace unos días ponderó el matinal y de 16 que hizo ayer el noticiero central durante la votación del Senado asi lo demuestran, sin embargo, después de la pandemia deberían tomarse medidas para que ese liderazgo se consume.
Para empezar, resucitar los espacios editoriales como “Tolerancia Cero” y “En la mira” y, por consiguiente, aprovechar la misma sinergia con CNN Chile para hacer reportajes bien acabados sobre nuestros políticos, la clase empresarial y todo lo turbio que rodea a nuestro país. Si el canal sigue siendo vice es porque “Amor de familia” y “Jesus”, las novelas foráneas a las que recurrió desde que estalló el Coronavirus, no han rendido en sintonía por lo que cuando se llame a la reactivación, hay que volver a producir “Pasapalabra”, “Yo soy” y uno que otro proyecto en carpeta.
Preparense todos, porque en el mediano plazo, el nuevo líder de la TV chilena podría ser de color rosado.