Sin duda que el caso Viñuela ha sido condenado transversalmente en las redes sociales, y también en otros espacios como “La tarde con Hola Chile” de La Red y un par de conversatorios en podcasts que usted y cualquiera puede encontrar en Spotify.
Qué duda cabe que “Mucho Gusto” ha visto alicaido su modelo de carrete senior, destemplados jugueteos entre panelistas, bailes que nos hacen recordar el momento peak de “Mekano” y se pusieron a tono con la actualidad como lo demanda la pandemia, sin embargo una cierta complacencia los ha hecho perder el liderazgo que ostentaban desde 2014. A partir de abril, los comentarios y emplazamientos inmisericordes de Julio César Rodríguez en Chilevisión han concitado la atención de los telespectadores, de izquierda y derecha, nadie se ha salvado de su manera de increpar a quienes no han dado el ancho.
Y es que mientras en Mega viven su “mundo de maravilla”, TVN hace esfuerzos por dar un tinte profesional al momento con las emotivas declaraciones del Doctor Ugarte y “Bienvenidos” persiste con sus yerros editoriales, el canal de Machasa ha optado por sencillamente ser “el parlamento de la ciudadanía”, un lugar donde los errores de la política chilena no salen gratis. Y eso también podemos verlo en “Contigo en Directo” con los testimonios de la clase media afectada por la crisis, y en el mismo noticiero central que ha pasado a disputar el serio el liderazgo con “Meganoticias”.
Como vieron que la cosa no funcionaba, los del Grupo Bethia repatriaron a José Miguel Viñuela y este último declaró en un diario que “la gente necesita reir”. El problema es que hoy los chilenos no nos reimos con cualquier cosa, como cuando la caida de una diva de la farándula en un estelar de baile se vuelve viral mientras los estudiantes luchaban por una mejor calidad de las universidades. Por eso suceden las cosas que han pasado, y que seguramente seguirán ocurriendo, luego de la intervención del “joven manos de tijera” cuya destemplada participación no le ha salido gratis.
De partida, José Miguel fue enviado sin concursos ni sorteos al congelador, Soledad Onetto renunció y solo estará en pantalla hasta que se encuentre alguien de su perfil y como cereza del postre, el cerebro Pablete Alvarado ha presentado su renuncia al espacio.
Antes de santificar al caido, les recuerdo que hubo una oportunidad en que invitaron a un científico a explicar un tema, pero se dedicaron más a bailar y al profesional lo dejaron sin espacio “por falta de tiempo” y el mismo Alvarado dio la explicación diciendo que era un problema de formatos, y lo mismo pasó con una deportista paralímpica que se quedó esperando para salir al aire. ¿Enmendaron su rumbo, pidieron disculpas y le ofrecieron la vitrina que merecían? No.
Quizás habrá un nuevo paradigma y ciertos contenidos tendrán que escogerse con pinzas dentro del concierto televisivo actual. Lo cierto es que de aquí a un buen tiempo, el “hijo ilustre de Hualpén” tendrá cuerda para rato asi como Mega ve como su imperio comienza a desquebrajarse como imperio de naipes. Igual no nos alegra la situación, ya que de por si en la industria es complicadisima, pero puede ser un baño de humildad para varios.