Dentro de los pocos ejemplos de meritocracia en la televisión chilena, que cuesta encontrarlos pero los hay, está Ángeles Araya. Ella empezó en el desaparecido noticiero de UCV Televisión (hoy TV+) y también se desempeñaba en Radio Bio-Bio, y luego saltó a Canal 13 en primera instancia para conducir “3×3” y ser panelista de “Bienvenidos”.
Sin embargo, la directiva de la televisora naranjita resolvió darle su momento, en un programa donde ella puede hacerle honor a su nombre en un espacio de servicio a la ciudadanía, titulado “Aquí somos todos”.
Para empezar, este rubro ha sido tan dejado de lado últimamente en las pantallas locales luego del fin de “A viva voz” (Mega, 2013), pero el estallido social y la pandemia global han reorientado muchos modelos de negocios, y obviamente la televisión chilena también. Por lo mismo, la aparición de este ciclo le ha dado un nuevo aire a la tarde, habitualmente malacostumbrada a estelares foráneos y que, de alguna u otra forma, puede resultar un bálsamo a quienes extrañaremos el buscatalentos de TVN por este año.
Si bien tuvo un inicio complicado, la llegada de Pancho Saavedra ha hecho que “Aquí somos todos” haya ido de menos a más en sintonía, llegando incluso a pelear el segundo lugar en algunos días. Han tenido que resistir incluso a acusaciones de que el curicano “opaca” a Araya, cuando en realidad los dos han ido complementándose hasta agarrar una química a medida de que se presentan los casos que hacen que los televidentes se “activen” para lograr un cometido.
Lo cierto es que la ternura y humanidad de Araya junto con la expertise de Saavedra han subido el desempeño de una franja horaria que hasta hace no mucho estaba compuesta, reitero, de producciones turcas que no poseían el mismo éxito que en Mega, por mucho que hayan tenido cierto público en las redes sociales. El alargue del ciclo fue una muy buena decisión que además le da una inyección de contenido a una cadena que ha estado envuelta en varias polémicas editoriales en prensa y programas como “Bienvenidos” y “Mesa Central”.
Hacia falta más programación en vivo a la “sobremesa”, y hacía también falta más gente como Ángeles Araya.