Revueló causó hace varias semanas el acto que realizara en la televisión argentina la conductora Viviana Canosa.
La periodista y entonces mandamás del ciclo “Nada personal” de El Nueve bebió en directo una botella de dióxido de cloro, elemento sumamente peligroso pero que muchos “conspiranóicos” aseguran que, al igual que la hidroxicolorquina, te libera de los efectos del COVID-19.
Si bien fue desmedido por organismos oficiales y especialistas, la ex conductora farandulera dijo que “oxigena la sangre y viene divino”, y desafió a las autoridades diciendo que “Por favor, dejen de prohibir tanto porque ya no alcanzo a desobedecer todo”.
Ante esto, un comunicado de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) dijo que “la ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.
Además agrega que “la inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo”.
Debido a tal acción, el abogado de Canosa, Juan Manuel Dragani, confirmó que la comunicadora fue imputada por “ejercicio ilegal de la medicina”, debido a una demanda interpuesta por Mariano Mansilla, diputado del Frente de Todos de Neuquén.