“Gobernar es comunicar”, este concepto ha estado presente cada vez más por parte de los gobiernos en el Mundo, desde el surgimiento de los medios masivos de comunicación las administraciones gubernamentales, independiente del tipo de régimen que sea se han aliado con los medios para que los mensajes sean más eficaces y directos a la ciudadanía. En países como los Estados Unidos el poder comunicar bien los mensajes gubernamentales es tan importante como el mismo oficio de gobernar, ejemplos de líderes como John F.Kennedy, Ronald Reagan y Barack Obama apuntan de como el liderazgo se funda y constituye a traves de mensajes claros y directos emanados a traves de los medios, por algo han sido considerados como ” los grandes comunicadores”.
¿Que pasa en Chile? Pues bien, en nuestro país sucede lo mismo que en las democracias más avanzadas del mundo, sumado por cierto ímpetu de protagonismo que detenta nuestro actual Presidente de “marcar territorio” en cada acción que el gobierno hace. Históricamente todos los presidentes que han contado con la facultad de usar los medios masivos han utilizado a estos para divulgar su pensamiento, Arturo Alessandri fue una de las primeras voces que oímos en radio, Pedro Aguirre Cerda buscó crear mecanismos de propaganda política a traves del cine, Eduardo Frei Montalva, junto con crear Televisión Nacional estableció cadenas radiales diarias para informar sobre los avances del gobierno, la dictadura simplemente abusó a traves de los medios con sus noticieros y avisos pagados en espacios publicitarios, los gobiernos de la Concertación invertían tanto dinero como Nestlé y Unilever para anunciar sus mensajes en medios.
¿Que pasa hoy en Chile? Ya adelantabamos algo en el parrafo anterior, pero debemos ademas entrar en el contexto en cual se encuentra la televisión actual; proliferación de largos informativos que copan gran parte de la programación diaria de las cadenas televisivas, como tambien una bajísima popularidad del actual Presidente que incluso juega con una crisis de legitimitad que no había experimentado un jefe de Estado desde la restauración de la democracia. Esto ha formado de que desde hace algun tiempo a la fecha, el gobierno ha utilizado de manera evidente estos largos informativos para plantear sus propuestas a traves de informes y entrevistas a personeros de gobierno, hasta ahí todo bien, es algo que hemos visto siempre y no merece reproche, pero hay algo que nos preocupa cada vez más, los excesivos discursos del Presidente en espacios noticiosos.
Nunca antes en Chile un Presidente había tenido tanto espacio en televisión para dirigirse al país en las más diversas materias, desde un mensaje tan importante como el anuncio de la Ley de Presupuestos, como llegar a dar discursos incesesarios como la celebración de días de la tercera edad, todo esto transmitido en “cadena” por los canales de televisión mientras estos emiten sus noticieros de media tarde. Sin dudas que este tipo de manifestaciones nos acerca a lo que ocurre en países donde los lideres se acercan a las tentativas autoritarias (y derechamente dictatoriales) donde se abusa de las cadenas nacionales. Si bien este no es el caso de nuestro Presidente, si es preocupante que nuestro jefe de Estado intente abusar de las agendas informativas, muchas veces con anuncios inecesarios. De todos modos, Piñera conoce bien los medios como para entender que conoce lo que el hace comunicacionalmente, el fue propietario de una estación y conoce muy bien la industria, pero el televidente, y el ciudadano cada vez recibe más criticamente esta avalancha de mensajes.
¿Y todo esto ha servido al gobierno a recuperar popularidad? La respuesta al parecer es negativa, luego de semanas en que el ministro de Educación, emprendido en una misión casi quijotezca de reabrir los establecimientos educacionales a traves de los medios, recibió una ingrata respuesta al reabrirse algunas escuelas en la comuna de Pirque, 20 estudiantes llegaron en total en todos los establecimientos. Más allá de evaluar esta medida, nos parece aleccionador para el gobierno que el tratar de informar políticas públicas de manera desmedida a traves de los medios no necesariamente genera la confianza pública. Esta enseñanza debe aprenderse sobre todo para quien el día de hoy detenta el sillón de O’Higgins, porque ya lo que importa no es el comunicar, sino como gobernar y así recuperar su tan ansiada popularidad.