Se respira un mal aire en la tele, hay razones para cual debemos sembrar desconfianza, vemos a este medio de comunicación como un problema más que una solución y parte fundamental de su contenido está puesto bajo jaque. Pero, ¿debemos ser tan tajantes con cada actitud tomada por las televisoras o es con justa razón?
Y lo digo porque la televisión chilena intenta hacer esfuerzos para mejorar su contenido, y parto con el contenido más rebatido: los matinales. Estos programas, que pasaron de ser alegres magazines hoy son soportes de los espacios informativos privilegiando sobre todo hechos violentos y polémicas políticas coyunturales, los matinales el el reino de lo negativo, del desánimo y del temor, pero en estas últimas semanas han pasado a tener un contenido algo más alegre, optimista, por ejemplo un matinal hizo que sus conductores hombres usaran tacos, algo bastante comun en la era matinal, pero este evento fue criticado por el público por varias razones, ¿no que la sintonía estaba “hartada” de programas llenas de sangre y polémicas baratas? Y ahora que regresó el contenido “clasico” de estos espacios se le condena.
Otra cosa pasó esta semana cuando en un late show invitaron a la ministra Karla Rubilar para hablar de su vida, una entrevista diferente, donde se olvida los avatares políticos rutinarios y se habla hacia el ámbito humano del personaje, Rubilar incluso tocó la guitarra y se puso a cantar. Nuevamente arreciaron las críticas, en otros tiempos esto se vería “natural” y “original”, cercanía diran otros, pero serían bienvenidos por el público.
Sin dudas que vivimos momentos tensos, tenemos una enorme desconfianza con la televisión, los hechos son contundentes para poder esgrimir que existen fuertes presiones para bajar contenido y presentar una optica determinada a los eventos sociales, pero ¿colocaremos todo bajo la señal de la duda y de la condena? ¿Todo lo que hace la televisión es objetable y forma parte de una enorme “cortina de humo”? Si bien aquí agradecemos el empoderamiento ciudadano, si debo ser claro en que cada vez vemos un rechazo a priori sobre lo que la televisión realiza, al parecer la condena es irreversible.
Y usted, ¿que piensa? ¿La televisión debe hacer gestos para recobrar su credibilidad? ¿Todo contenido exhibido por los medios pretende “maquillar la realidad”? ¿Cuando y como la televisión recobrará su credibilidad? Estas preguntas se las formulamos para que usted y su conciencia las resuelvan.