Nuestros ubicados nuevamente han llegado desde su viaje a Estados Unidos en donde le dieron el sobre azul al inquilino de la Avenida Pennsylvania. Here we go again, como decía Demi…
Los ubicados: Carolina Escobar y Gonzalo Ramirez

El “ascenso” se lo merecían hace rato. Una pareja encantadora desde los tiempos de “24 Tarde”, ambos con un sentido del profesionalismo propio de los grandes. Ella, excelente periodista desde sus tiempos en la CNN. Él, de a poco y sin manchar la honra de nadie, pasó de notero del matinal a ancla de noticias, conductor de estelares como “Llegó tu hora” y ahora animador del mismo espacio donde naciera su carrera televisiva. Pero ambos meritócratas, un término que pareciera extraviado desde 2007 pero que pocos saben su paradero.
Quizás TVN (y el CHV de Jorge Carey) sean los únicos espacios donde “meritocracia” no es solo una palabra bonita tan manoseada por un espectro de las redes sociales, porque como decíamos antes, pareciera que no existe, pero pocos saben dónde está. Y quién la encuentra es afortunado porque se la ganó con manos limpias, esas que tanto defendemos en este humilde sitio.
No cabe duda que la excelente química que hay en ambos ha sido cómplice de que hoy “Buenos días a todos” haya salido del eterno cuarto lugar desde 2014 y hoy consigan la medalla de bronce ante un alicaido “Bienvenidos” que logra ser más tóxico que una bolsita de neopren y a poco de alcanzar a “Mucho Gusto” que solo sobresale con la vieja receta de los escándalos. El espacio del 7.1 ha pasado de ser un programa que daba vergüenza (no olvidemos el yerro monumental del video de una supuesta Fernanda Maciel embarcando en el aeropuerto semanas antes de encontrar su cuerpo) y que no le gustaba al directorio a ser el más pasable junto con el de Julio César Rodríguez. Ojalá se mantenga y se prolongue, lo valen.
El desubicado: A esta hora se improvisa

La verdad, ¿tiene sentido este reboot? Puntualmente ocurre que para muchos, los programas políticos de Canal 13 no son más que espacios donde la elite se complace ensimismada y siempre, pero siempre, hay alguien de un think-tank que se dedica a hacer más lobby que aportar líderes que lleven la batuta como es el caso de Libertad y Desarrollo.
En consecuencia, el regreso del ciclo que terminó abruptamente tras el golpe de estado de 1973 ha deslucido tanto en sintonía como en la opinión pública. Y pasa lo mismo que con “Mesa Central”: Solo son espacios para darles pega a todos quienes se fueron con polémica del actual gobierno, como es el caso de Marcela Cubillos e Isabel Plá, que no han aportado nada en sus respectivas carteras (al contrario, la “displicente” fue cuestionada por transformar el Ministerio de Educación en una trinchera ideológica más).
No hay una intención de influir, y si es que la hubiera, no se cumple. Porque el problema del 13 de Luksic es que el empresario quiere ser como Ricardo Claro, pero este último para bien o para mal era habiloso en sus negocios televisivos. El actual controlador del Grupo Quiñenco, ni eso. Ni gana plata ni influye, ya no fue un Agustín Edwards del nuevo tiempo, sino que dejó a una estación con historia en una situación peor que en 1999.
El carepalo: La directiva de Mega

En lo personal, cuando yo supe que los trabajadores de Mega depusieron la huelga aceptando las migajas que les ofreció la gerencia de la estación televisiva, me entristecí. Y cuando leí las posteriores declaraciones de Juan Carlos Riquelme en El Filtrador me enrabié, porque no es posible que un canal que ante el resto del mundo se vende como “perfecto” se salga con la suya con todo lo que eso implica.
No hay dinero para mejorar la calidad de vida de quienes trabajan en Vicuña Mackenna 1370, pero asi y todo siguen pagando onerosos “sueldos de Madonna” a gente que incluso está sin pantalla como Patricia Maldonado o Luis Jara. Al menos se apretaron el cinturón en cuanto al Área Dramática (que también estuvo complicada durante la pandemia) pero siguen contratando a destajo y acaparando todo. Y así y todo, les ofrecieron a los huelguistas algo que es el vuelto del pan, como un reajuste condicionado a eventuales utilidades que no sabemos si van a tener o no. Fez a lei, fez a armadilha.
Lo único que me queda claro desde mi punto de vista es que Mega es un canal que literalmente hace lo que quiere en todo sentido y se pasa por ahí mismo la dignidad de sus laburantes. Y lo que decían tanto sus directivos como sus fans más acérrimos hasta con megáfono que nunca les ocurriría, finalmente pasó. Porque cómo hacían gárgaras cuando TVN estaba complicado…