Un vino peculiar para despedir este año en el que la televisión nacional estuvo, sin duda, en su peor momento. De lo bueno poco y de lo malo, pareciera que sobra. En fin, vamos con los ubicados que llegaron para poner órden…
El ubicado: “La Jauría” en TVN

No cabe duda de que la televisión nacional está llena de defectos. Una de ellas era el clarísimo poco cuidado y prioridad que se le daba a la ficción y sobre todo a las series. Mientras España emerge a pasos agigantados (de hecho, ese surgimiento vino de la mano con un impuestazo bien aplicado a servicios como Netflix que a cambio exigieron un porcentaje de producción nacional, eso explica la preponderancia de producciones como “La Veneno”, “Élite” y “La casa de papel”), nuestra industria seguía y seguía tomándose muy poco en serio las nuevas formas de consumo de televisión, asi como también de realización de producciones de esta índole. Es más, ¡Tuvo que venir Amazon Prime Video para que empezaran a producir más!
Es el caso de “La Jauría” que el pasado martes finalizó su andar en TVN con gran éxito, el mismo que tuvo “Héroes invisibles” en septiembre y que viene a darle una poderosa señal a nuestros ejecutivos. La producción que contó con la actuación estelar de la multilaureada actriz Daniela Vega fue vista en la pantalla del 7.1 por más de un millón de personas, lo que constituye un prometedor futuro para las series nacionales, que históricamente tenían un paso deslucido por pésimos horarios (casos “Helga y Flora” y “Vida por vida”) o por malísimos privilegios de broadcasters-audiencia (casos “Los archivos del cardenal” perdiendo contra “Secreto a voces” o la misma “Vida por vida” saliendo al aire a medianoche porque el 13 privilegió a “Mundos Opuestos”) y viene a tomar más de la mano la cantidad de audiencia con el contenido de la misma.
Las series son, como la música, un bien escasísimo dentro de la televisión chilena cuya falta de ambos elementos constituyó la baja sistemática de la calidad (que, en todo caso, desde hace ya varios años había sido ínfimo y ahora se redujo aún más) y, por consiguiente, una importante baja en audiencia, credibilidad y evaluación positiva por parte de la ciudadanía. La ficción tanto como los artistas pueden darle a nuestra industria el impulso que necesita para que esta olvidable etapa sea solo un mal recuerdo. De los ejecutivos depende.
El desubicado: El conflicto entre “Me late” y Cecilia Gutierrez

Lo que quedó del farandulismo recluido en el programa de la tarde de TV+ estuvo dando sencillamente manotazos de ahegao ahogado. El programa de Daniel “Ex Huevo” Fuenzalida despidió a una de sus panelistas, la citada Cecilia Gutierrez, solo porque tenía un espacio aparte junto con el (desagradable) panelista Sergio Rojas en Instagram llamado “Primer Plano del Pueblo”. Quizás la manía de ciertos rostros de romantizar o añorar los tiempos faranduleros sea tema para otra ocasión en este mismo espacio de crítica televisiva, pero lo que nos compete son las múltiples acusaciones entre las partes.
Desde el franjeado del 5.1 se han visto palabras de buena crianza, pero muchos aseguran que hubo machismo y personalismos en la productora del otrora conductor de Chilevisión, asi como también cosas que no terminan de cuajar. Por ejemplo, ¿Por qué despedir a Gutierrez por lo de “Primer Plano del Pueblo” (que tampoco es la gran maravilla en programas streaming) y no hacer lo mismo con Rojas? ¿Hubo efectivamente machismo, considerando además que el panel de “Me Late” es un auténtico “club de Toby” con todo lo que eso conlleva?
Lo que nos queda claro es que por intentar destruirse entre ellos, la farándula terminó destruyendo a la industria televisiva, con sus coletazos viendose este año gracias a la pandemia.
El carepalo: José Miguel Viñuela

Nuestra industria televisiva, asi como es cortoplacista, también es corta de memoria. En una empresa normal a quien se manda un patinazo monumental, se le despide en el acto con toda la mala imagen que conlleva a la misma organización como pasó hace unos meses con Kibernum y el caso de bullying contra una persona en situación de discapacidad. Pero en la pequeña pantalla de nuestro país no pasa nada, puedes pedir disculpas, tener dos programas a tu haber y acá no ha pasado nada.
Es el caso de José Miguel Viñuela quien meses después de haber ocurrido lo del polémico corte de pelo al camarógrafo de “Mucho Gusto” reapareció estas semanas en las pantallas del Mega, primero con “Desafío millonario” con Kika Silva (aunque con un resultado malísimo en audiencias) y ahora retornando al citado matinal, que ha estado haciendo malabares para subir su sintonía. No dudamos que esta es una de ellas.
No es primera vez que la televisora de Vicuña Mackenna es capaz de perdonar varios gaffes nefastos con el fin de asegurar buena sintonía: Pasó con la reina del bullying y el racismo llamada Oriana Marzoli (a quien incluso hoy glorifican, a pesar de su afinidad con un partido ligado al franquismo y al odio hacia las minorías en España), con Karol Lucero (y sus miles de metidas de pata por las cuales nunca pagó hasta el estallido social) y ahora con Viñuela. Resulta incomprensible que esta señal la de el canal que todavía es lider en audiencia, si no es que Chilevisión los alcanza en los próximos meses que estamos prontos a que eso ocurra y, a juzgar por la calidad de su programación, lo merece mucho más que el 9.1.