Existe en el periodismo un gran dilema, el dilema de como informar eventos o situaciones incómodas o que pueden provocar una fuerte reacción social. Hoy especificaremos de dos temas, la irrupción de Pamela Jiles como una figura preponderante en la política chilena, y la segunda, la hipótesis de que el Presidente Piñera renuncie.
El primer tema se refiere al avance de la aprobación popular de Pamela Jiles reflejado en diversas encuestas, sin dudas que Jiles es un personaje polémico, que tuvo una salida poco decorosa de TVN y luego tuvo una importante participación en la industria de la farándula, pero sus actuales acciones en relación al retiro del 10% de los fondos previsionales, con performances de Naruto incluído, han puesto a la Jiles en una situación inimaginable para una parlamentaria que provenía de un pequeño partido político.
La encrucijada que enfrentan los medios de comunicación es como enfrentar esta avalancha, tenemos el ejemplo de Estados Unidos donde casi la totalidad de los medios masivos hicieron una destemplada campaña contra la postulación de Donald Trump como Presidente en 2016, y aun así el hombre de piel naranja llegó a la Casa Blanca, a pesar de los medios. Entonces, es algo muy importante que los medios no realizen rapidamente una campaña de desprestigio contra la Jiles, porque puede salir el tiro por la culata para los editores de estos medios. Tampoco es recomendable ocultarla o no mencionarla, porque eso ocasionaría una campaña de desprestigio en contra de los mismos medios generando una situación de “manipulación informativa”.
El segundo tema forma tambien parte de la delgada linea roja, y es la hipóesis cierta de que las manifestaciones populares pidan la salida del Presidente de la República, o por lo menos se adelanten las elecciones.
Si hay algo que es cierto, es que uno de las grandes consignas del Estallido Social es la renuncia de Piñera, y esto ya no está en la cabeza de termocéfalos ni anarquistas, es una opción que ya es está barajando en diversos grupos políticos y es un tema ciudadano bastante candente, la gente habla de esta hipótesis. Otra cosa es que los medios masivos no hayan hablado del tema durante este año, y claro que el público, con una actitud fiscalizadora muy fuerte en estos últimos años, ha presentado reparos a que los grandes medios no toquen este tema. Y claro, los medios estan en una importante encrucijada; no tocar el tema los asocia directamente con manipulaciones comunicacionales orquestadas por el Gobierno, pero en el caso de tocarlos puede generar una explosión social y un grave quebrantamiento a la institucionalidad democrática si el Presidente renunciase antes del termino legal de su mandato. Solo en los últimos días en un par de programas de tertulias del Canal 13 se han abierto a discutir del tema, siempre con una óptica negativa, pero se tocó el tema, lo que ya es un pequeño paso.
Sin dudas exigimos que los medios reflejen la realidad social, pero eso tambien debe ir acompañado de un deber de los medios de respetar la institucionalidad básica de la República y que no pretenda generar “campañas de terror” en contra de personas y opciones ideológicas. Es la delgada linea roja que los medios enfrentan el día de hoy, como entregar información sin que genere efectos colaterales innecesarios.