¿Usted sabía de la existencia de los Premios Musa? Por si usted no tenía idea, el pasado viernes se celebró la primera edición de estas nuevas premiaciones, las cuales fueron organizadas por IberoAmericana Radio Chile y transmitidas en varias de sus radioemisoras más importantes para sus repetidoras en el país que todavía no son vendidas a alguna emisora evangélica. Esta nueva cita tiene como fin honrar mediante votación popular a los artistas nacionales y extranjeros que maravillaron con su talento este complicado 2020.
La verdad, es raro encontrar algo que sea del gusto de la gran mayoría de las redes sociales, sin embargo, en este caso fue tremendamente aclamado por quienes presenciaron la entrega de galardones a través también del streaming en YouTube. La conducción fue compartida entre algún “voztro” de las emisoras de Eliodoro Yañez con algún rostro conocido de la televisión, los medios y las redes sociales como es el caso de María Luisa Godoy y la influencer, bailarina y ex “Rojo”, Tati Fernández. De partida acá hay un punto positivo ya que se estuvo observando, por ejemplo, lo que se ha hecho en otros eventos como los People’s Choice Awards o los eventos de MTV y Nickelodeon, adaptado al público chileno de una forma más que exitosa.
Otro de los puntos que muchos aclamaron es que a pesar de que la primera edición de los Premios Musa fueron ignorados por la televisión abierta (uhm, vaya novedad), en cuanto a producción fue incluso mejor que la mayoría de los eventos que antes de la pandemia acostumbraba a realizar, como es el caso por ejemplo de los Copihue de Oro. Quizás como no hay mal que por bien no venga, lo único bueno de que en estos galardones las emisoras televisivas de libre recepción no hayan pescado esta ceremonia es que no hicieron la práctica de enchufar a quien no tenía nada que hacer en medio del “glamour musical”, como fue el caso de la última vez que La Red transmitió los Premios Pulsar en el que metieron a Kenita Larraín en primera fila.
Volviendo a los Musa, las actuaciones han sido igualmente a la altura del buen momento que vive la música nacional, y acá voy a poner énfasis en Denise Rosenthal. Ha sido el año de esta maravillosa cantante, triunfadora en el Festival de Viña, con un excelente primer paso para su internacionalización con “Santería” (al lado de artistas foráneas igual de talentosas como la mexicana Danna Paola y la “triunfita” española Lola Índigo) y en este puntapié inicial de los premios se llevó todos los galardones, cual Adele en los Grammys 2012. Sumado a todo lo anterior, realizó una emotiva presentación que consistió en un cover al piano de “El Progreso” de Roberto Carlos, en el que su mascota “Farkas” le dio además su toque de ternura. Como para recordar por enésima vez que no hay pandemia que derrote al talento.

Asimismo, y al más puro estilo de los eventos norteamericanos, se realizó un homenaje a la trayectoria de una reina del pop nacional como lo es Myriam Hernández, en el que el penquista Álvaro López y la destacada banda de “cumbia de etiqueta” Noche de Brujas puso su grano de arena versionando los más reconocidos éxitos de la intérprete nacida en el Clan Infantil de “Sábados Gigantes”.
Y nuevamente Cami (quien quiero creer que no está vetada en la televisión abierta, de otra forma no se explica por qué su nominación a los Grammy gringos por su disco “Monstruo” sencillamente no apareció ni en las breves de los informativos o matinales) demostró sus capacidades vocales con una actuación llena de sentimiento. Lo mismo Javiera Mena, una artista injustamente infravalorada que ha dado muestras de ser vanguardista y capa dentro del “electropop”, y Princesa Alba le demostró al país que tiene mucho que ofrecer al progreso de nuestras artes musicales.
Los Premios Musa en su primera edición demostraron que la música chilena necesita más apoyo transversal, y no solamente por parte de los medios (reclamo reiterado en este mismo portal, más aún en tiempos donde los politiqueros de siempre se tomaron los matinales y los temas de conversación de redes sociales) sino que del mismo estado. Los trabajadores del entretenimiento musical han sostenido que serán los últimos en volver cuando la pandemia se de oficialmente por superada, y esto se debe a que el gobierno actual de Sebastian Piñera recortó los aportes a la cultura. Este evento no sería posible si no fuera netamente por el apoyo de un conglomerado como IARC, por lo que una vez más queda demostrado que la radio es el medio mejor posicionado hoy por hoy, y que incluso a los más veteranos les hizo recordar a los 60s cuando los consorcios radiofónicos realizaban mastodónicas presentaciones de los más connotados artistas en sus respectivos auditorios. Es ahí donde la televisión debe entrar con un apoyo en serio, con sentido de proyectar al país elementos positivos que ayuden a los televidentes a sentir orgullo por sus figuras conocidas y no vergüenza ajena. Y en un tiempo donde estamos huérfanos de ídolos musicales, si no nos une la política, lo hará el amor que tenemos por Denise Rosenthal.
En definitiva, fueron un evento a la altura de nuestro talento, que siempre vence y que da la posibilidad de que lo mejor de lo nuestro derribe las fronteras y llegue muy, pero muy lejos.