Un reclamo constante ha sido el hecho de cómo el gobierno piñerista ha tenido en sumo abandono al ambiente cultural en nuestro país. Durante la pandemia, reclamos desde las tablas y la industria de los conciertos han evidenciado las precarias condiciones en las que se sobrevive en medio de la crisis, y en que varias iniciativas y, entre ellas, series o proyectos de películas han tenido que ser canceladas por falta de proyectos.
En este contexto podemos mencionar, por ejemplo, que la serie que se preparaba acerca del magnicidio de Eduardo Frei Montalva no pudo ver la luz ya que el CNTV les negó los fondos, lo mismo se hizo en su minuto para una eventual nueva temporada de “El Reemplazante”, aunque en este último caso su elenco ha demostrado por qué dejaron una huella inborrable en el mundo seriéfilo durante el estallido social y el pasado plebiscito.
Entre toda esta escasez que sin duda contribuye al apagón cultural impuesto por Piñera -y en el que los medios han sido bastante cómplices en ambos periodos-, ha salido gente que si ha sabido surgir en buena lid: Los dos oscars que tiene Chile a su haber demuestran que si hay talento audiovisual que puede producir contenido nada de envidiable respecto a USA y gran parte de Europa; los multiples premios que han ganado “La Jauría” y “Héroes Invisibles” también demuestran lo suyo y la caravana de mujeres talentosas que han sobresalido en el extranjero también aporta a demostrar que en Chile la cultura si tiene que ser tomada en cuenta por quienes nos gobiernan.
En este contexto, la llegada de Fernanda Urrejola a las grandes ligas de Hollywood de la mano de Clint Eastwood no tiene por qué no ser una buena noticia. Es más, reafirma la necesidad de cultura que tiene nuestro país y que se ha acentuado en la actual situación pandémica.
Urrejola tiene todos los comodines para ser un buen referente no solo cultural, sino de lo que queremos que proyecten los medios: Mujer que entró a las novelas juveniles de TVN como parte de esa camada de nóveles actrices y actores a los que el Área Dramática del canal estatal les dio su apoyo y posibilidad para destacarse (otra razón más para querer a Sabatini), tuvo destacadísimos papeles en el teatro así como también en el cine, estuvo en series que hoy usted y cualquiera puede ver en Amazon Prime Video o Netflix en donde ha demostrado su versatilidad pasando desde el drama, el suspenso y hasta la comedia. Una mujer al que le complica realizar escenas de desnudos ya que fue violada cuando era pequeña. Nunca ha sido su leit motiv destacarse por su vida personal a menos que sea necesario, como cuando salió del closet para concientizar -sobre todo a quienes quieren retroceder- de que los tiempos cambiaron, estamos en el Siglo XXI y ya no hay lugar para prejuicio alguno respecto a la persona a quién amas. Fuera de aquello, nunca destacó por algún paso en falso o por atacar a algún colega actor a pito de la nada misma. Hoy no solo triunfa en Netflix como parte del elenco de “Narcos: México”, sino que además consiguió el papel para estar con una leyenda viviente del cine mundial. No menor.
¿Qué lecciones puede darnos a nosotros el arribo de la actriz a Hollywood? Simple: Apoyemos la cultura. Y de la mano: Apoyemos el talento. Urrejola no habría llegado a donde hoy está de no ser porque el maestro de la ficción durante tantos años se fijó en ella y lo que podía ofrecer, asimismo no podría crecer si el canal estatal no le habría dado el apoyo. Busquemos métodos de financiamiento del cine y la ficción local: Que el “impuestazo” a los servicios de videostreaming sirva para los Fondart, los Fondos CNTV y también que con la renta que paguen los servicios de música digital vaya en directo beneficio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Consejo de Fomento de la Música Nacional.
¿Cómo no sentir orgullo de Fernanda Urrejola? Ahora entiendo a los mexicanos y su amor por Yalitza Aparicio o Salma Hayek, a los españoles con Penélope Cruz y a los argentinos con Ricardo Darín. Para qué solo conformarnos con la fruta y el cobre, cuando la cultura puede dar un buen rédito y, a su vez, proyectar una buena imagen de Chile ante las grandes industrias del mundo. Un ganar-ganar que puede ser beneficioso, porque en este momento hay muchas Urrejolas que esperan su espacio en el cine o en el área dramática de cualquier canal, asi como también muchos equipos de producción que confían en subir el alicaído e ínfimo nivel de nuestra pequeña pantalla. ¿Qué están esperando para apoyar?