Quiero que quede claro aunque varias gentes le hagan la cruz a mi y a nuestro sitio: El Festival de Viña del Mar le daba un sabor único al final del verano, por mucho que a los usuarios del pajarito tóxico les toque despotricar año a año porque no les gustan los artistas que vienen porque son demasiado viejunos o demasiado infantiles (!).
Pero como sea, acá está su Súper Ubicatex que le trae una vez más el resumen de esta quincena televisiva, llena de luces y sombras. Pero el problemón acá es que el ubicado sigue de vacaciones…
Los desubicados: Los acosadores y hostigadores de Twitter

Siempre hemos comparado a dicha red social como un programa de farándula 24/7 en donde todos quieren creerse opinólogos del tema noticioso de turno, a los que le ponen su buena dosis de insultos, descalificaciones o persecución para quien no se rija a lo que estipulan los “pacos” de la mencionada plataforma y sus idealismos varios de país. Podemos agregar un asunto más, ahora que hemos visto “Chicas Pesadas” en Netflix: ¿Cuándo fue que esa red se transformó en “El Libro de la Hoguera”?
Me imagino a un montón de “Cady Heron” escribiendo barbaridades acerca de periodistas, rostros, políticos, famosos, famosillos y hasta usuarios comunes y silvestres, de este lado y del otro. Mucha funa infundada, mucho hostigamiento, mucho intento de cancelación que parece un pésimo chiste pero poco y nada de servicio. Bueh, ya se ha dicho comúnmente que las redes sociales no tienen el status de medio de comunicación, pero de que influyen para poner a la gente a tu favor o en tu contra, lo hacen. Y todo termina peor que la riña masiva que ocurrió en el Liceo después de que se revelara lo que escribía el personaje interpretado por Lindsay Lohan (otra a la que los medios de farándula de Estados Unidos le deben una disculpa).
La semana pasada Twitter y sus usuarios vivieron otros sucesos ultra-paroxistas: Desde el hostigamiento con amenazas de muerte incluidas hacia la periodista de La Tercera Leslie Ayala, hasta Oscar Contardo -un connotado usuario con vitrina en las primeras páginas de La Tercera- discutiendo con una mujer de una manera muy prepotente acerca del uso de una terminología, todo eso mientras no está hablando de Paula Narváez. Y de ahí podemos seguir a quienes avalaron el bullying hacia Ayala incluyendo varios reconocidos personajes twitteros -incluso entre ellos alguien que intentó buscarnos una pelea por el uso de una expresión muy usada en el mundo progre que fomenta el odio hacia nuestro país, a quien tuvimos que bloquear por salud mental-.
Los usuarios de Twitter -al menos en Chile- siempre terminan reflejados como gente a la que no les gusta nada, personas que viven con una sensación de amargura y que disfrutan dañando la honra de las personas porque sí. Para sobresalir ahí solo basta con ser una persona maleducada, bravucona y que siempre usa el insulto para sostener una idea, por muy loable que sea la causa que uno defiende. Sálvese Quien Pueda…
La carepalo: Catalina Pulido

Otra vez la exactriz devenida en opinóloga mete la pata, y esta vez por su aventura dentro de la política, postulando como concejala de Las Condes por el Partido Republicano. Y eso no es malo ya que ella actúa en consecuencia con las ideas que, lamentablemente, ha ido derrapando en los últimos años. ¿Lo malo? Es que en su cartel publicitario aboga por “más cultura”.
Tomando en cuenta lo abandonado que está ese mundo en las políticas estatales -reclamo más que justo por parte del ambiente, más aún con una jefa de cartera inexistente e inerte-, su premisa es poco creíble. Porque si, necesitamos cultura, y la necesitamos más que por cualquier cosa, por sanidad mental. Hemos escrito esto hasta que necesitemos de Osteoartrit, pero desde la pandemia nadie ha tomado en cuenta ni en serio elementos como la música, las series, el cine y el teatro. En enero nomás hubo una protesta de los artistas que ni siquiera tuvo resonancia en los canales abiertos a diferencia del anuncio de reapertura de los Casinos. La señal es tan clara como peligrosa: Es más fácil fomentar la ludopatía que fomentar la cultura. Terrible.
Pero la necesitamos más que nada para que más gente en nuestro complicado país sepa la diferencia entre ser franco, directo y decir lo que uno piensa con lisa y llanamente faltar el respeto a las personas, insultarlas sin razón alguna, hostigarlas de forma gratuita y hasta inventando falsedades como ocurrió con un vocero del Movilh al que dijo que fomentaba la pedofilia, y este último terminó demandando a la socia por injurias y calumnias con publicidad. Asimismo, necesitamos la cultura para que podamos ver más allá de nuestro metro cuadrado y no proyectemos nuestro pensamiento desde la verborrea ni la catarsis.
En definitiva, necesitamos cultura para no ser como Catalina Pulido, José Antonio Kast o el Partido Republicano.