Estimado
Jorge Carey Carvallo
Presente
De entrada, enhorabuena. Logró la meta que usted se proyectó en 2018, cuando le cambió la cara a un canal que era vilipendiado por todos lados. “Crimenvisión”, “Sangrevisión”, “Morbovisión”, “Chulovisión”, todos estos eran sobrenombres a una estación televisiva del cual yo personalmente, en tiempos en que era un bloguero reaccionario, criticaba sin contemplación cuando era manejado por Jaime de Aguirre Hoffa. Fue difícil ya que tuvo que apagar el enorme incendio que dejó Francisco Mandiola y el alemán Holger Roost-Macías que experimentó con contenidos de calidad aún más cuestionable, pero sin la audiencia a favor. Bueh, eran otros tiempos. ¡Si hasta hubo espacios que duraron solo un capítulo!
Fue difícil, vaya que costó dejar de relacionar al 11.1 con el sensacionalismo. Hubo un tiempo en que cuando veía los reportajes de “En la mira” sobre la dictadura lo tomaba como una señal de que están limpiándose la imagen. Todo eso era más de fondo: Había que hacer cambios profundos. Sobre todo en tiempos donde parecía que no había retorno ni opción para la programación de Mega, llena de novelas, realities y gente tóxica.
Usted le dio oportunidades a lo que servía: Julio Cesar Rodríguez volvió a ser el que dirigía La Nación Domingo y desterró por tiempo indefinido al que conducía “Primer Plano”. Sus encaros a la clase política y sus reflexiones sobre la marcha del país han conscitado la atención de la audiencia, a tal punto que hoy varios canales tienen su “JC”: Gonzalo Ramírez en TVN, Sergio Lagos en Canal 13, Eduardo de la Iglesia en La Red y el canal que hasta enero era líder todavía no encuentra a uno que sea disonante a la línea del dueño. Hizo que la gente se reencontrara con los programas de concursos haciendo con “Pasapalabra” y hoy el resto de las televisiones tiene su espacio de concursos, lo cual no es malo, prefiero eso a que las hasta doce horas diarias de tongos y líos de faldas que llegó a haber en nuestra tele.
Dejó de vincular al área de prensa con la sangre y lo transformó a la información política. Hoy Chilevisión y CNN Chile son no solo las marcas más creíbles del país, sino que también primera referencia informativa cuando ocurre un suceso importante para la marcha republicana, como lo fue el 10% de las AFP y el pasado Plebiscito Constitucional. Tiene un equipo altamente capacitado, periodistas que han tenido que sufrir persecuciones, amenazas de muerte por parte de reaccionarios políticos (esos que convirtieron a Twitter en Chernobyl) y hasta la detención de camarógrafos como sucedió ni bien comenzó este año. La gestión de María Paz Epelman ha sido brillante desde todo sentido de la palabra.
Sin embargo, respecto a esto último tengo que decirle que tenga cuidado con los sucesos policiales: El caso de Tomás Bravo nos conmocionó a todos, y entiendo que en el calor de las noticias pueden suceder yerros editoriales que pueden condenar a un programa y hasta un canal. Bien sabe lo que pasa en Canal 13 donde la seguidilla de polémicas por el tratamiento informativo de ciertos sucesos terminó socavando la sintonía hasta derrumbarse al cuarto puesto, beneficiando a ustedes tanto como a TVN. Hemos visto con preocupación como se critica a los fiscales de televisión por dar hipótesis aún cuando la causa está en curso por la justicia, asi que ahí hay que poner ojo para no cometer errores. Hoy veía el noticiero y alcancé a escuchar cuando Mónica Rincón (un 7 como periodista) dijo que estaban filtrando todo lo que no pueda ser transmitible por respeto a la familia, al mismo tiempo que la señal televisiva del Poder Judicial era bloqueada por lo mismo, para guardar la integridad del niño. Hay una virtud en hechos políticos pero hay debilidades en casos de extrema connotación, y eso último hay que cuidar que no se transforme en una amenaza.
Pero respecto a eso último han visto hechos desde una perspectiva crítica, y así se vio por ejemplo con la balacera que terminó con la vida de dos niños, cuestionando las políticas que solo han hecho que la delincuencia subiera más que nunca. Aun asi evitemos usar el sensacionalismo.
Pero el resto funciona como relojito: La mañana está bien, la noche está bien con el tandem “Yo soy”, “Podemos hablar” y “La divina comida”, estos dos últimos los lugares donde los famosos denuncian las atrocidades que se cometen en el mundo de la televisión. Falta la tarde: Ha pasado que las novelas que se programan terminan mandándose a la señal de internet y luego recurren a las repeticiones del programa de los comenzales, estos que han sido criticados por quienes fueron de invitados al mismo.
Ya llegaron al primero, pero hay una cosa más importante que alcanzar el liderato: Mantener el liderato. Ya cantaba el ranchero que “no hay que llegar primero, sino que saber llegar”. Hay que cuidar lo construido. Por lo mismo, hay que cuidar a JC y Monse que han hecho que Mucho Gusto caiga en una profunda desesperación teniendo que recurrir a videos de YouTube tanto como a barrabasadas como lo de Beyoncé y Madonna como sacerdotisas iluminatis. Tienen buenos elementos en prensa (Marianela Estrada, Jacinta Molina, Daniela Pierattini, la misma Rincón, Matilde Burgos, Humberto Sichel, Daniel Matamala) que sería bueno potenciar y más aún en un año intenso electoral y políticamente, en donde Chile definirá su futuro en las urnas. “Pasapalabra” y “Yo soy” han funcionado y sería bueno comprar más formatos de programas de talentos y hasta el “The Masked Singer” que sería sencillamente un batacazo. También hay que atreverse y volver a contar con un programa de reportajes como “En la mira”, volver a tener “Última mirada” y “Tolerancia cero” en la señal abierta. Quizás darle los pantalones largos a “Podemos Hablar” y llevar a artistas y famosos del extranjero, tomando en cuenta que el original argentino tuvo a la brasileña Anitta hace un tiempo. ¿Ha pensado en recontratar a Alexis Zamora? Pues en vista de una reconstrucción de la economía y la reactivación de la industria televisiva, hay que considerar esa opción.
De ustedes depende que esa propuesta alegre y hasta revolucionaria perdure en el tiempo, y tienen los elementos para lograrlo.