Ha pasado una semana intensa: Entre los nuevos actores que entran a la política, la exconcerta que mostró la hilacha y los canales de televisión que deben entender sí o sí el mensaje del cambio de país que tanto se estaba batallando. Aunque claro, insistimos en el llamado a la mesura: No será inmediato, será un proceso gradual del que nosotros esperamos ser parte.
Los ubicados: Los nuevos actores que llegan a la política chilena

Nadie lo vio venir, otra vez. Los partidos políticos tradicionales, esos que gobernaron durante esta larga transición democrática, esos que los estudios decían una y mil veces que estaban siendo sobrerrepresentados por los medios de larga data, terminaron desorientados y sin signos claros de dónde ir. Pasó esta semana con la “borrachera opositora” que terminó dándole la razón al Frente Amplio, pasó con el oficialismo que hoy terminó siendo un zombie. “Los mismos de siempre”, esos que estuvieron por décadas en las primeras notas de los informativos, que acapararon toda la pantalla que tuvieron disponible incluso en espacios de entretención como los programas de Gonzalo Bertrán en UCTV, fueron eclipsados por la fuerza joven.
Los independientes y la “neo-izquierda” están dandole una lección a los “viejos vinagres” que siempre fueron los privilegados y favorecidos por los canales televisivos, y que la industria aún se pregunta cómo realizar ese cambio de época y de conciencia. Nuevos liderazgos a los que la ciudadanía los favoreció con su voto y que tiene un brillo femenino, porque el futuro se escribirá con manos de mujer: Macarena Ripamonti, Emilia Ríos, Irací Hassler, Karina Oliva, Carla Amtmann, la Machi Linconao, Giovanna Grandón, todos con distintos quehaceres y que en muchos de los casos nos están diciendo, tal como nosotros, que así como el talento siempre vence, la meritocracia sí es posible.
Los nuevos tiempos son ineludibles, el mérito si te puede hacer llegar hasta lo más alto. La gente ya está cansada de ser la espectadora para pasar a ser la protagonista, de la mano de estas nuevas caras que llegaron para regocijo de nosotros, y que esperamos que sus gestiones sean ejemplares para sus territorios. Ojalá se queden, y que no se vayan.
La desubicada: Pamela Jiles

Si hay algo lindo que tuvieron las elecciones del finde pasado es que vimos cuánto peso real tuvieron algunos protegidos tanto por las encuestas como por los (otra vez los tenemos que nombrar) medios televisivos, que le han dado popularidad a la experiodista y expanelista de farándula dura en su aventura como política. Y es que esta no ha sido su semana.
En la mañana del sábado acudió a votar haciendo un llamado para votar por “El Abuelo” Pablo Maltés por Gobernador rompiendo la veda electoral, y además trató de “CSM” al mandatario en funciones Sebastian Piñera en una performance digna del peor populista que pueda haber en la historia de la humanidad. Claro, ella forjó su personaje en un género televisivo que precisamente no hacía del respeto una forma de vida.
¿Resultado? Perdió por todos lados: El Abuelo perdió en primera vuelta y no cumplió la promesa (populista y calentocha, obviamente) de poner fin a su abstinencia sexual si ganaba, cosa que felizmente no ocurrió. Y asímismo, terminó disculpándose públicamente con “Bienvenidos” a los que los trató de una forma más que pésima. Al final, todo cae por su propio peso.
Los carepalo: Los canales de la TV abierta que “no la vieron venir”

Otra vez los medios tradicionales terminaron perdiendo por todos lados, y nuevamente la televisión abierta fue objeto de duras críticas. Para empezar y explicando sencillamente: “Los mismos de siempre” nos explicaron por qué perdieron “Los mismos de siempre” y, salvo Tomás Vodanovic que estuvo en todos los matinales y programas de conversación, Irací Hassler que dio su primera entrevista como alcaldesa electa de Santiago a Canal 13 y “DJ Maca Ripa” que pasó por Mentiras Verdaderas -el programa donde se hizo conocida en el estallido social-, “Bienvenidos”, CNN Chile y esta mañana en “Meganoticias Alerta”, se dio mayoritariamente voz a los perdedores. Porque claro, si “la historia la escriben los que ganan” quiere decir que existe otra historia, como dijo Nicolás Copano en 2018 y que tuvo una excesiva resonancia en las cadenas televisivas.
Aunque claro, como así criticamos, tenemos que ser cautelosos y volver a enfatizar que los cambios en la manera de entender el país por parte de la TV abierta no se harán de la noche a la mañana o en un chasquido de dedos como ocurrió cuando Canal 13 pasó a las transmisiones policromáticas en 1978. Va a tomar tiempo, seguramente -y lo más probable- es que van a rodar cabezas y puede que otros terminen dándose cuenta que no lograron influir en la ciudadanía.
Habrán programas que dejarán de emitirse, formatos que quedarán obsoletos, otros ciclos que volverán (esperemos) luego de su largo hiatus para volver a demostrarnos que el talento y el mérito están por sobre todas las cosas. Seguramente también se crearán nuevos bloques programáticos, una reorientación completa en la que las caras nuevas deben tener una predominancia en la pequeña pantalla. Pasó cuando ganó Obama en 2009 y la televisión estadounidense cambió por completo y acogió nuevas gentes y diferentes temáticas, ocurrió igualmente en Argentina cuando el triunfo del Kirchnerismo hizo que se realizara un revisionismo histórico del rol de medios como Clarín y La Nación para favorecer a la dictadura, lo mismo en Brasil en donde el petismo impulsó interesantes reformas en los medios de comunicación y la Globo se supo adaptar a los nuevos desafíos. En Chile sigue siendo un por ahora, pero el cambio debe ser para siempre, y pese a todo.