Una de las grandes sorpresas de la pasada elección sin duda fue el cambio después de 16 años de dominio de la UDI en Viña del Mar: Virginia Reginato, quien en los últimos años ha estado envuelta en varios escándalos relacionados con el desfalco financiero en la municipalidad de la Ciudad Jardín, cederá su puesto a Macarena Ripamonti, licenciada en ciencias jurídicas que derrotó a contendoras como la exconductora de televisión Andrea Molina, el exmarino Rodrigo Vattuone y la modelo Marlén Olivarí.
En los últimos días, la joven (que también tuvo un paso como DJ) ha aparecido en varios programas y medios de comunicación, y el último de ellos fue ayer a través del espacio “El amor según…” de Súbela Radio, conducida por Camila y Vicente Gutierrez. En él hizo un diagnóstico de uno de los emblemas de la comuna y de la televisión chilena: El festival.
La militante de Revolución Democrática comienza refiriéndose a la petición de las redes sociales que se dio apenas se supo su triunfo de traer a Dua Lipa, diciendo que “Hay que distinguir varias cosas, hay que tomarle el peso a lo que significa”.
“De hecho les voy a ser super honesta, hasta que no pase lo de Dua Lipa y la gente no empiece como a lo de Viña del Marx y el Festival de Viña todo el rato a hacer una petición generalizada de diferentes artistas y de la parrilla festivalera, de verdad no le había tomado el peso personal a todo lo que significa. Y es que he vivido siempre acá, es parte del cotidiano de los que vivimos acá”, continuó.
Cuando Vicente le pregunta si realmente tiene injerencia en la realización del evento, Ripamonti declaró: “Sí, todavía se pueden hacer muchas cosas, obviamente hay licitaciones que son cuatrianuales que son del el año 2022 que se hizo el prorrateo del que no se hizo en 2021 y ahí hay ciertas obligaciones amarradas que hay que entrar a revisar, pero es sí o sí patrimonio municipal”.
“En el 2002 cuando se muere la Concha Acústica, era la forma de amplificar muy artesanalmente el Festival, luego se monta un escenario de espectáculo televisivo que fue la crítica que muchas viñamarinas y viñamarinos hicimos, y en el fondo tú lo ves en la televisión por todos los canales latinoamericanos y del mundo que se muestra y es un festival que se podría ver en cualquier lado, no tiene esa característica física de estar emplazado en medio de un bosque, en medio de un patrimonio super viñamarino. Se perdió para ser un festival televisivo”, enfatiza.
Respecto a las críticas que se realizan en redes sociales, Ripamonti aclara que “Hay personas que dicen que deberían dejar de hacerlo para ahorrarse plata y gastar en los cerros, bueno, lo único que hace el municipio aquí es mantener los jardines y los espacios durante los años, pero se licita y quien corre con los gastos de eso son los canales de televisión que se lo adjudican la licitación. Entonces tú lo que haces es amarrar y esos son finalmente puros ingresos que tú recibes por el municipio que son alrededor de 4.200 millones de pesos”.
Acerca de la figura del reinado de Viña del Mar, Ripamonti habló que “No me gusta porque puede haber reinados y reinados, una vez que estabamos en un territorio hablábamos de que existen festivales paralelos que nunca son reconocidos por la institucionalidad y por la tele, y se hacían festivales que eran de canción y de humor en los que competían cerros, unos con otros, y también había como un reinado. De hecho fui reina de la primavera cuando era pequeñita, cuando era scout. Pero no era esto como tirarte el piscinazo, mientras más te empelotes es mejor porque eso da más rating”.
“Pasamos de un festival de la canción que era impresionante como a nivel internacional se destacó porque hubo cerebros en los años 60s de personas que se esforzaron por como con pocos recursos montaron un espectáculo con alta calidad técnica que se escuchaba de manera increíble, super político porque recordemos que en la dictadura el único lugar de celebración era en Viña del Mar, donde se podían decir cosas porque era un solo pueblo que se podía expresar, cuando por años no podías hacer nada, no habían espectáculos ni nada en el país o sea, hay un fenómeno político, hay cultura, hay como alto técnico en todo este espectáculo de la canción increible y valorado y todo eso se empieza a descascarar con el show excesivo que al final mantienes a un artista da lo mismo cuanto rato porque está marcando y es lo que vende y finalmente es un programa de televisión. Pasamos de cultura a netamente televisión, creo que podemos juntar ambas cosas”, reflexionó.