Durante esta jornada, Brasil estuvo consternado y enrabiado: El país de la samba alcanzó la lamentable cifra de 500.000 muertes debido al COVID-19. Hay muchos factores al respecto, sin embargo, la que más pesa es la inacción y las reacciones repudiables de su mandatario en funciones, Jair Bolsonaro.
Desde frases lamentables como “Mi segundo nombre es Messias, pero no hago milagros”, teniendo una actitud violenta contra la prensa llamándolos incluso de “maricas”, recetando Cloroquina e incluso convocando a un asado fuera de la Sede del Congreso brasileño sin siquiera las medidas necesarias, han marcado la verdadera tragedia sanitaria en que se ha convertido la nación que alguna vez fuera la tierra de la alegría, pero que hoy ha sido un constante luto.
Por lo mismo, en la edición de hoy de “Jornal Nacional”, el noticiero más importante de la Rede Globo, el más visto de la televisión brasilera y que hoy estuvo conducida excepcionalmente por los titulares Renata Vasconcellos y el histórico William Bonner, no solo se cubrió in extenso la gran protesta nacional ocurrida en los principales puntos neurálgicos de Brasil, sino que al cierre del mismo se leyó una editorial del Grupo Globo respecto a la triste marca que hoy alcanzara la nación.
En la misma, se deslizaron críticas a la gestión de Bolsonaro y apunta a buscar a los responsables de una emergencia sanitaria de proporciones, que está absolutamente descontrolada y que corona a dicha república como un peligro para el mundo entero.
En agosto de 2020, cuando Brasil superó el escandaloso récord de 100.000 muertes por Covid, Jornal Nacional habló sobre esta tragedia en un editorial. Parecía que el país había superado un límite inalcanzable, 100.000 muertos. Este sábado (19), hay 500 mil. Medio millón de vidas brasileñas perdidas.
El sentimiento es de horror y solidaridad incondicional con las familias de estas víctimas. Hay millones de ciudadanos desconsolados.
Hoy en día, está claro que se cometieron muchos, y muy graves, errores. Están documentados mediante entrevistas, declaraciones, actitudes, demostraciones.
La insistente y obstinada apuesta por medicamentos ineficaces, el frecuente estímulo a las multitudes, la negación y actitud intrascendente de no llevar máscaras y, lo peor de todo, la negativa a firmar contratos de compra de vacunas a tiempo para evitar aún más muertes.
En el editorial que marcó las 100.000 muertes decíamos que era necesario averiguar quién tiene la culpa. Dijimos textualmente que este momento llegaría.
Desde principios de mayo, el Senado ha estado investigando responsabilidades. Habrán consecuencias. Y lo más básico será haber traído al pueblo brasileño el conocimiento sobre cómo y por qué llegaron aquí.
Cuando todos miremos hacia atrás, cuando se nos pregunte qué hicimos para ayudar a prevenir esta tragedia, cada uno de nosotros tendrá su respuesta. La inmensa mayoría podrá decir, con sinceridad y con orgullo, que hicieron todo, hicieron su parte y un poco más.
Nosotros, desde el Periodismo de Globo, llevamos, con base en la ciencia, un año y medio cumpliendo con nuestro deber de informar, sin pelos en la lengua. A menudo pagamos un precio por esto, con malentendidos de grupos minoritarios que son ruidosos. No importa. Avanzamos sin compromiso. Y seguiremos adelante, sin concesiones.
Porque todo tiene diferentes ángulos y todos deben ser siempre bienvenidos para la discusión. Pero hay excepciones. Cuando están en peligro cosas tan importantes como el derecho a la salud, por ejemplo. O el derecho a vivir en democracia. En casos como este, no hay dos lados. Y esta es la dirección que seguirá el Periodismo de Globo.
Editorial de Grupo Globo leída por William Bonner y Renata Vasconcellos.