6 de diciembre de 2016. 10:44 horas. El matinal “Bienvenidos” de Canal 13 realiza un enlace en directo con la entonces flamante nueva alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga. Orgullosa y campante por el rol que le otorgó la población en una escuálida elección, se mostraba nerviosa pero expectante por su investidura, acompañada de su marido, Joaquín Lavín León. Se le ve además con su familia y la entrevista con Tonka Tomicic es endulcorada con “Pompas y circunstancias”, una de las tantas canciones que se usa para musicalizar ceremonias de graduación y hasta comerciales con dicha temática.
28 de junio de 2021. 10:44 horas. Falta poco para que los nuevos alcaldes, muchos de ellos de veintinueve para arriba, tomen sus respectivas posesiones. Desde Viña del Mar, Maipú, Ñuñoa, Santiago y hasta en Valdivia comienza a respirarse un nuevo aire. Las caras nuevas, esas que tanto se pedían desde el 18 de octubre, llegaban al poder con la promesa firmada de cambios pero, sobre todo, esperanza.
Sin embargo, el mismo matinal que hace cuatro años y seis meses mostraba con orgullo a Barriga, hoy cuestionadísima por cómo llevó a cabo su labor edilicia y retirándose de la vida pública en su ley, o sea con escándalo, en esta oportunidad exhibía la repetición de un reportaje de “S.O.S. Seguridad Ciudadana”, el programa del domingo en la noche con Emilio Sutherland que apenas marca bajo los diez puntos.
Es más, ningún espacio mañanero de los que se encontraban en ese minuto al aire y en vivo y en directo tuvo siquiera algún enlace con las ceremonias. Ni en Maipú -donde incluso una protesta de “despedida” contra la ahora exalcaldesa pudo tener bastante resonancia-, ni en ningún otro lugar. Quienes querían ver las ceremonias en televisión tuvieron que sintonizar CNN Chile y el Canal 24 Horas, junto con los streamings que se dispusieron en aquel momento en las respectivas plataformas de las municipalidades.
Usted de seguro usará como defensa el “factor novedad” de la llegada al poder de Cathy Barriga. Y claro, puede tener cierta coherencia ya que aún la TV chilena estaba bajo el dominio farandulero, cuyo poderío ya estaba desgastado (de hecho, hubo extensas notas en “SQP”, “Intrusos” y “Primer Plano” acerca de dicha ceremonia) y era una gran forma de “tapar la boca” de los que hacían memes y burlas en internet.
Pero acá también pesa dicho factor debido a que en muchos municipios de comunas emblemáticas hubo cambios significativos, no solo la significancia de que otrora bastiones de la derecha pasaran a la izquierda, sino que el arribo de nuevas fuerzas políticas así como también de liderazgos juveniles. ¿Acaso los lanzazos en la vía pública pesaron más que la llegada de Tomás Vodanovic? ¿Es que el narcotráfico y su explotación como espectáculo televisivo hacen más ruido que el arribo de Ripamonti, Hassler y Emilia Ríos? ¿Por qué los que ven televisión abierta estuvieron relegados a ver las mismas monotemáticas pautas de siempre, que están cargadísimas de miedo, pánico y temor respecto al Coronavirus y sus variantes, en vez de proyectar esperanza a través de sus nuevos líderes comunales? O sea, la novedad estaba, pero al parecer no era tan llamativo de mostrar como lo fue en 2016. Y tampoco cuenta el factor feriado porque los cuatro espacios estaban, reitero, en directo.
En estos tiempos donde el pluralismo se ganó su espacio en el debate del Chile del mañana y sus medios, es bueno enfatizar en el punto de la no-emisión de las ceremonias de cambios de mando municipales más emblemáticas porque acá se prefirió seguir la máxima que hizo que la televisión esté en la crisis de credibilidad que hoy ostenta: “Las buenas noticias no son noticia”.