Nuevamente “Me Late” intenta seguir usando los códigos televisivos de hace diez años, sin entender en lo más absoluto que estamos en otro país y en una televisión que quiere dejar atrás los elementos que la hicieron perder sintonía y avisadores.
Durante la emisión de ayer del programa de TV+ se estaba dialogando acerca de las defensas que no recibió José Miguel Viñuela después del polémico corte de pelo al camarógrafo José Miranda en “Mucho Gusto”, sin embargo, todo cambió de tenor cuando el conductor Daniel Fuenzalida y el panelista Sergio Rojas discutieron por un asunto sin sentido.
Todo empezó cuando el “ex-Huevo” bromeó en torno a la postura del polémico miembro del espacio: “Te has transformado en un embajador de los rostros, una cosa impresionante”, declaró irónicamente.
Además mencionó que “De dos semanas a esta parte defiendes a Julio César, a Viñuela, a Pancho Saavedra, a Martín Cárcamo. Rostros enemigos míos. Rostros no amigos míos”, mencionando además explícitamente quienes son los enemigos del conductor, y por consiguiente, del ciclo, argumentando además que los mencionados “le hacen la pata”.
Y es que la figura pública, en un tono evidentemente molesto, le preguntó a Fuenzalida: “¿Cuando yo te he tenido que defender a ti… he defendido a Daniel Fuenzalida o lo que considero que es correcto?”. La respuesta del “huevo” fue que si bien defiende lo que considera correcto, la posición de Rojas ha ido cambiando.
“Que tú pongas en duda, que yo por amistad… yo no soy amigo de ninguna de estas personas. A mí lo que me parece correcto, me parece correcto”, le reclamó, y posteriormente intentando poner paños fríos, Daniel argumentó que “Parece que te estás sobrepasando. No era tan grave… Lo que yo estoy diciendo es que los animadores supieron la clave”.
Estas peleas sin sentido, si bien son parte de un “show televisivo” del que la farándula siempre ha hecho gala, son parte de códigos que deberían estar desterrados de la industria por obsoletos. Durante años resultó habitual que por cosas bien pequeñas, tanto panelistas como modelos que formaron parte de ese mundo, estuviesen enemistados y casi declarándose abiertamente la guerra entre sí por varios puntos más o menos de audiencia. Y si bien la receta dio resultado, lo que vino después se tradujo en una crisis gigantesca del que la televisión recién está comenzando a salir.