El 2020 para muchos fue el peor en cuanto a industria televisiva. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que el mal momento vino por pésimas decisiones comerciales y editoriales que desembocaron en una baja de credibilidad y, por consiguiente, de la audiencia.
Pero después de un periodo para el olvido, al fin se están viendo los tan esquivos brotes verdes que nuestra televisión necesitaba. TVN, Canal 13 y Chilevisión han informado sus estados financieros ante el CMF y las tres televisoras han reportado utilidades. Si bien hasta la elaboración de esta editorial no hemos sabido de la rendición de cuentas de Mega, si podemos dilucidar que las “Rubirena”, “The Covers” y “Pobre Novio” les han salvado el año.
¿Lo peor de la crisis ya pasó? Es muy apresurado decirlo. Si podemos afirmar que hay un periodo de nuevas definiciones acompañado de un cambio de país y de dueños dentro de las estaciones. TVN enfrentará un nuevo gobierno y, si las encuestas aciertan, será Boric quien tendrá la difícil misión de reorientar el timón del canal público que entregó sus horarios de mayor audiencia a las novelas turcas y bíblicas. Chilevisión se prepara para recibir la nueva administración de ViacomCBS, que goza de experiencia manejando canales abiertos en varios países y sacando a varias de sus respectivas crisis, como ocurrió con Network Ten de Australia.
No sabemos cómo impactará una eventual fusión entre Discovery y WarnerMedia en el accionado que comparte en Mega junto al Grupo Bethia, y mientras Luksic insiste en no soltar a Canal 13 -a pesar de una situación de audiencias incuestionablemente mala-, sobrevive con lo que tiene a mano.
Los brotes verdes además llegaron cuando el género que devoraba todos los presupuestos millonarios -casi como “fondos buitres”- está neutralizado y relegado al underground televisivo, con la misma receta de hace diez años pero sin la misma audiencia ni el poder de instalar o bajar figuras públicas. Sumado a lo anterior, hay una disyuntiva en un modelo de entretenimiento que está en manos de cada mandamás televisivo cómo reorientarla a este nuevo pasar de Chile.
En definitiva, la crisis todavía no se va del todo, y no se retirará mientras dentro del mundo televisivo se den cuenta que lo que hay que impulsar es el talento, y no la polémica artificial tanto en la política como en lo que se concibe dentro del espectro como entretenimiento. Lo que sí se puede destacar es que, a diferencia del año anterior, los canales ya están más preparados y con protocolos claros para elaboración de espacios grandilocuentes como “Yo soy”, “The Covers” y otros estelares de alta jerarquía. ¿Podrán estas buenas noticias facilitar la retoma de proyectos postergados, sobre todo en el canal estatal? A estas alturas y después de un año y nueve meses, nuestra salud mental lo implora.