El pasado miércoles, junto con el inicio de la campaña electoral en nuestro país en la vía pública y en los medios masivos como la radio y lo que queda de la prensa escrita (para la franja habrá que esperar al 21 de octubre), Chilevisión y CNN Chile nos ofrecieron un comentadísimo debate presidencial a cinco. Mónica Rincón (que se lució llevando adelante el programa) dijo al inicio que el espacio podía definir el voto, sobre todo, de los indecisos, como ha ocurrido en los últimos comicios. Una buena o mala performance en estas instancias puede sellar tu destino político, y que lo diga Daniel Jadue.
Pero un detalle llamó la atención dentro de la estrategia programática del canal 11.1: Al término del ágil encuentro, el primero de tantos, se ofreció en “Pero con respeto” una entrevista a Nicole “Luli” Moreno.
Una vez más, los dos Chiles enfrentados entre sí en un cambio radical de eje que es tan llamativo como que una radio de frecuencia modulada pase sin asco de Noche de Brujas a Paulina Rubio. Bien pudo ofrecerse un “post-debate”, que eso quedó relegado a CNN Chile con el excelentísimo desempeño de Fernando Paulsen, sin embargo el viejo país, reflejado en un personaje que mientras busca la paz mental que la farándula le negó, las redes sociales buscan levantarla como si fuera la más grande diva de la cultura pop que jamás haya estado en los medios. Por algo en un ataque de los mismos de equipararla con el entretenimiento gringo la llaman “Lou Lee”. Aunque claro, se olvidan de que en los Estados Unidos, con virtudes y defectos, los famosos son en la mayoría de los casos por mérito y no por escándalo.
Pasar de un debate que puede marcar el destino de un país (sobre todo con la crisis migratoria en Iquique que reflejó otro fracaso del régimen piñerista y los ministros que teniendo sus lucas aseguradas pidieron el 10% a pesar de haber dicho de forma pública que estaban en contra) a una entrevista a alguien que además no estuvo presente cuando miles de jóvenes buscaban dignidad en las calles y plazas es, sin duda, una pésima estrategia programática. Un dato adicional es que en 2018 en TVN, la misma se definió como oficialista con un curioso argumento: Que cuando esta el magnate gobernando, el país marchaba mejor. Las ollas comunes, las personas mutiladas por fuerzas especiales (y muchos de ellos por negligencia) y las desigualdades que se acentuaron en los dos últimos años hablan por sí solos.
Como manifestamos en Twitter, tengo mis serias dudas de si la Luli de 2021 habrá aprendido de los errores de la Luli de 2011, eso lo dirá el tiempo y las actitudes que la blonda tome de acá en adelante. Lo que sí es que debemos darle un toque de atención a ciertos sectores de internet que buscan posicionarla como referente usando anglicismos: Mientras más alto la elevan, más fuerte será la caida.