Cuando en este portal hablamos de la “teoría de los dos Chiles”, también conversamos respecto a las diferencias de cómo se transmite la información por parte de las facciones de nuestra televisión que conviven entre sí y que, de hecho, apelan a dos clases de televidentes.
Esta semana, la diputada Maite Orsini (RD) fue una de las que apoyó un proyecto de ley para penalizar el “Stealthing”, que hace referencia a sacarse el preservativo en medio de un acto sexual sin el consentimiento de la pareja, lo que es considerado como abuso. Cabe señalar que una de las comisiones de la Cámara Baja que ella preside es, precisamente, la de Mujeres y fruto de esa loable labor está otra de sus iniciativas: La “Ley Pack” que establece condenas hacia la divulgación de videos sexuales sin autorización.
Agreguemos que este último proyecto vino en un periodo en el que la farándula dura divulgó a través de sitios afines una serie de “sextapes” o “fotos prohibidas” relacionadas con famosas, siendo una de ellas la de Karen Bejarano que le costó el bullying de la gente que veía estos programas, su salida de Mega y lo que es peor, un grave perjuicio a su salud mental que hoy sigue tratando.
Sin embargo, y ya que precisamente los mencionamos, los espacios que quedan de este ramo y que sobreviven a duras penas en el underground televisivo, hablamos de “Me Late” y “Zona de estrellas” así como también varios sitios han intentado levantar que la parlamentaria tiene un noviazgo con el actor Gonzalo Valenzuela. Y nos hablan de ella como si estuviésemos todavía en 2011, es más, ellos creen que seguimos pegados desde hace una década y, lamentablemente para ellos, los tiempos han cambiado. De hecho prometieron pruebas que nunca salieron a la luz, por lo que puede ser una vil mentira.
Además, tomemos en cuenta que ambos no se han referido al tema: Ella difunde sus actividades como diputada de la república y promociona sus proyectos de ley que van en directo beneficio de las mujeres, y él lo hace con sus proyectos personales en el teatro y la televisión.
No cabe duda que la “prensa rosa” le habla a una sociedad absolutamente despolitizada y que no está lo suficientemente informada: Mientras nosotros sabemos de Orsini por proyectos como la Ley Stealthing, quienes viven en el viejo país saben de ella por sus amores, y la juzgan por aquello de una manera bastante retrógrada. La televisión del nuevo y antiguo Chile, ambos luchan por su poder y con sus respectivas armas, pero solo uno es beneficioso para la ciudadanía.